Como estar seguro de la salvación

Que la Gracia de nuestro Señor Jesucristo este con usted gracias por su carta,  el Testimonio del Espíritu Santo que mora dentro de nosotros El cual nos lo muestra a través de las escrituras, la  sana doctrina abrirá nuestro ceguera y tranquilizara nuestro miedo y nos da la seguridad de nuestra salvación por el poder del Espíritu Santo.

Romanos 8:16 “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.”

La certeza descansa en la palabra infalible de Dios, en las gracias del corazón del Creyente de las cuales habla la palabra y el testimonio del Espíritu que hace que el creyente sea capaz de confirmar que es verdadero su nuevo nacimiento.

Un hombre puede engañarse en su mente depravada de ser salvo pues su seguridad está en la adoración, confianza en ídolos, en sí mismo o en dioses falsos hasta creados por su represión de las verdades de las escrituras que conllevan a la salvación.

Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él”.  Es muy claro el que cree tiene vida eterna; el creyente tiene la seguridad de que es Hijo de Dios por medio del Espíritu Santo, a sí mismo el creyente al saber que es creyente verdadero debe aceptar y obedecer lo que la Biblia enseña pues a través de ella vemos que realmente estamos creyendo en el Dios verdadero  y que estamos creyendo y siendo guiados bajos sus estatutos, sus leyes, su juicio y su gracia.

Romanos 8:16 “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios”

  1 Juan 2:4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;
Hermano hay mucho que decir de este tema espero que esto sea un comienzo y siga buscando de las escrituras a través de la cual vemos con claridad la seguridad de nuestra salvación para los que creen en Cristo Jesús, abajo a continuación le dejo escrito la confesión de Fe de Westminster que también la puede encontrar en nuestra página acerca de la seguridad de la salvación
En Cristo Jesús
CAPITULO 18: DE LA SEGURIDAD DE LA GRACIA Y DE LA SALVACIÓN

I. Aunque los hipócritas y otros hombres no regenerados pueden vanamente engañarse a sí mismos con esperanzas falsas y presunciones carnales de estar en el favor de Dios y en estado de salvación; (1) cuya esperanza perecerá; (2) sin embargo, los que creen verdaderamente en el Señor Jesús y le aman con sinceridad, esforzándose por andar con toda buena conciencia delante de él, pueden en esta vida, estar absolutamente seguros de que están en el estado de gracia, (3) y pueden regocijarse en la esperanza de la gloria de Dios; y tal esperanza nunca les hará avergonzarse.(4)
1. Job 8:13,14; Miqueas 3:11; Deuteronomio 29:19; Juan 8:41.
2. Mateo 7:22,23.
3. 1 Juan 2:3; 5:13 y 3:14, 18, 19, 21,24.
4. Romanos 5:2,5.

II. Esta seguridad no es una mera persuasión presuntuosa y probable, fundada en una esperanza falible; (1) sino que es una seguridad infalible de fe basada en la verdad divina de las promesas de salvación, (2) en la demostración interna de aquellas gracias a las cuales se refieren las promesas, (3) en el testimonio del Espíritu de adopción testificando a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios; (4) este Espíritu es la garantía de nuestra herencia, y por EL cual somos sellados hasta el día de la redención.(5)
1. Hebreos 6:11,19.
2. Hebreos 6:17,18.
3. 2 Pedro 1:4, 5,10.11; 1 Juan 2:3; 3:14; 2 Corintios 1:12.
4. Romanos 8:15,16.
5. Efesios 1:13,14; Efesios 4:30; 2 Corintios 1:21,22.

III. Esta seguridad infalible no corresponde completamente a la esencia de la fe, sino que un verdadero creyente puede esperar mucho tiempo y luchar con muchas dificultades antes de ser participante de tal seguridad; (1) sin embargo, siendo capacitado el creyente por el Espíritu Santo para conocer las cosas que le son dadas gratuitamente por Dios, puede alcanzarlas sin una revelación extraordinaria por el uso correcto de los medios ordinarios; (2) y por eso es el deber de cada uno ser diligente para asegurar su llamamiento y elección; (3) para que su corazón se ensanche en la paz y en el gozo del Espíritu Santo, en amor y gratitud a Dios, y en la fuerza y alegría de los deberes de la obediencia, que son los frutos propios de esta seguridad: (4) así de lejos está esta enseñanza de inducir a los hombres a la negligencia. (5)
1. Isaías 50:10; 1 Juan 5:13; Marcos 9:24; Salmos 88 y 77:1-12.
2. 1 Corintios 2:12; 1 Juan 4:13; Hebreos 6:11,12; Efesios 3:17,19.
3. 2 Pedro 1:10.
4. Romanos 5:1, 2,5; 14:17; 15:13; Salmos 119:32 y 4:6,7; Efesios 1:3,4.
5. 1 Juan 2:1,2; Romanos 6:1,2; Tito 2:11, 12,14; 2 Corintios 7:1; Romanos 8:1,12; 1 Juan 3:2,3; Salmos 130:4; 1 Juan 1:6,7.

IV. La seguridad de la salvación de los verdaderos creyentes puede ser, en diversas maneras, zarandeada, disminuida o interrumpida; por la negligencia en preservarla; por caer en algún pecado especial, que hiera la conciencia y contriste el Espíritu; por alguna tentación repentina o vehemente; por retirarlos Dios la luz de su rostro y permitiendo, aun a los que le temen, (1) que caminen en tinieblas, y que no tengan luz; sin embargo, nunca quedan totalmente destituidos de aquella simiente de Dios, y de la vida de fe, de aquel amor de Cristo y de los hermanos, de aquella sinceridad de corazón y conciencia del deber. De todo lo cual, por la operación del Espíritu, esta seguridad puede ser revivida en su debido tiempo; (2) y por todo lo cual, mientras tanto, los verdaderos creyentes son sostenidos para que no caigan en la desesperación total. (3)
1. Cantares 5:2, 3,6; Salmos 51:8, 12,14; Efesios 4:30,31; Salmos 77:1-10; Mateo 26:69-72; Salmos 31:22 y 8; Isaías 50:10.
2. 1 Juan 3:9; Job 13:15; Lucas 22:32; Salmos 73:15 y 51:8,12; Isaías 50:10.
3. Miqueas 7:7-9, Jeremías 32:40; Isaías 54:7-10; Salmos 22:1; y Salmo 88.


En Cristo Jesús
Eddy García
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