¿Por qué debemos cantar los Salmos?

Cantar los Salmos

Principios Fundamentales:

El Principio Regulativo de la Adoración
El Principio Regulativo de la Adoración es una doctrina que fue en el tiempo pasado ampliamente aceptado y sostenida entre las iglesias que vinieron de la tradición de la Reforma. Este principio se encuentra en la Biblia, en Deuteronomio 12:32, que dice:

Cuidarás de hacer todo lo que yo te mando; no añadirás a ello, ni de ello quitarás.

Los Reformadores del siglo 16 explicaron esta doctrina con las palabras, “lo que no es mandado por Dios de hacer en la adoración, es prohibido.”
Los escritores de la Confesión de Fe de Westminster (siglo 17), explicaron este principio en decir:

el modo aceptable de adorar al verdadero Dios es instituido por EL mismo, y está tan limitado por su propia voluntad revelada, que no se debe adorar a Dios conforme a las imaginaciones e invenciones de los hombres o a las sugerencias de Satanás, bajo ninguna representación visible o en ningún otro modo no prescrito en las Santas Escrituras.

La idea básica aquí consiste en que es prerrogativa de Dios determinar cómo su pueblo debe acercarse a Él en adoración. Dios mandó a Su pueblo cantar los Salmos de la Biblia cuando se congregaran para adorar.

La Suficiencia de la Escritura
El apóstol Pablo escribió a Timoteo, “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para reargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Tim. 3:16). La Palabra de Dios es suficiente para Su pueblo.

Los Salmos de la Biblia son la Palabra de Dios. No falta nada que sea necesario para el pueblo de Dios en su expresión de alabanza y adoración a Él cuando se congregan para la adoración.

La Continuidad del Pacto
Se ha argumentado que los Salmos de la Biblia son un libro de alabanzas del Antiguo Testamento, el cual debe ser completado con cantos que reflejen la persona y obra de Cristo Jesús en la época del Nuevo Testamento. Para contestar a esto, observamos en humildad que los Salmos de la Biblia fueron escritos con el mero propósito de proclamar las promesas del Nuevo Pacto las cuales fueron cumplidas en Cristo.  En verdad, Jesucristo mismo reclamó que los Salmos hablaban acerca de Él (ver Lucas 24:44).  La persona y obra de Cristo Jesús están prefiguradas maravillosamente en el libro de los Salmos. ¿No sería extraño si el pueblo de Dios estaba mandado cantar los Salmos solo hasta el tiempo de la venida de Cristo, y después ponerlos aparte hasta cuando tuviera la habilidad de apreciar su significado verdadero?    

Creemos que la Gloria de los Salmos es precisamente en su desplegar las promesas del pacto de Dios, anticipadas por los santos del Antiguo Testamento, y realizadas por la obra de Cristo Jesús. Como herederos del Pacto Nuevo, miramos a los Salmos y cantamos alabanzas a Dios para el cumplimiento  de Sus promesas a través las edades.

Creemos que no es sin significado que el libro de alabanzas de la Biblia se encuentra en las páginas del Antiguo Testamento, en vez de estar en el Nuevo.  Muchos cristianos modernos tienden a enfocarse casi exclusivamente en el Nuevo Testamento, mirando al Antiguo Testamento como algo anticuado. Cuando más, llegan a ver al Antiguo Testamento como una colección de cuentos de los cuales se puede aprender unas lecciones morales.  No creemos que el Antiguo Testamento está anticuado. Cuando Pablo escribió, “Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil,” se refirió también al Antiguo Testamento. En anclar las alabanzas de la iglesia en las profecías del Antiguo Testamento a través del libro de los Salmos, el pueblo de Dios está continuamente recordados de su herencia como el pueblo escogido de Dios a través las edades.  

El Propósito de Adoración
Otra consideración importante con respeto a este asunto es la naturaleza y propósito de adoración. Creemos que la adoración debe estar centrada en Dios.  Desgraciadamente, la adoración en la mayoría de las iglesias evangélicas contemporáneas está centrada en el hombre. La adoración centrada en el hombre se enfoca en las emociones del adorador, quien viene a la Iglesia para “obtener algo del culto.”  En cambio la adoración centrada en Dios se enfoca en el objeto de adoración, buscando acercarse al Dios vivo “en espíritu y en verdad.” Esto no quiere decir que la adoración centrada en Dios no sea una bendición a Su pueblo. Más bien, es indicar que la razón de lo que hacemos en la adoración no es para nuestro propio beneficio sino para la alabanza y adoración de Dios de acuerdo a su propia Palabra.

Cuando el pueblo de Dios se acerca en Su adoración de esta manera, será bendecido inevitablemente. Cuando se acerca según sus propias ideas de lo que es aceptable a Él, se puede experimentar alguna inspiración emocional, pero Dios no ha sido honorado a través de obedecer Su Palabra. Seguramente Nadab y Abiú pensaron que honoraban a Dios cuando “ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó.” (Lev. 10:1). Mas por cuanto que se acercaron al Dios vivo en una manera centrada en el hombre, no de acuerdo con los mandatos de Dios, fueron consumidos en Su ira y se murieron delante del Señor.

Nuestro propósito en la adoración nunca debe ser de idear medios de acercarnos a Dios con los cuáles imaginamos que le estamos complaciendo a Él. Por el contrario, determinemos acercarnos a Él de acuerdo a Su propio designio, y enfoquemos nuestra atención en alabarle en obediencia Su voluntad.

Algunos Beneficios de Cantar los Salmos:

Son sin error
Cuando nos reunimos como el pueblo de Dios para ofrecer nuestra alabanza corporativa, entramos ante la presencia del Padre en una manera especial. Nuestras oraciones y nuestros cantos de adoración son presentados ante el trono del Dios Santo. ¿No debemos por lo tanto preocuparnos de que lo que ofrecemos a Él en alabanza sea perfecto y sin mancha, como Él es perfecto?

Los himnos de autores humanos, aun cuando sean emotivos, no son infalibles. Sólo la Palabra de Dios es sin error, porque sólo la Palabra de Dios es inspirada directamente por Su Espíritu Santo. Cuando cantamos a Dios los cantos que Él Mismo ha escrito, podemos estar asegurados de que lo que ofrecemos a Dios en la alabanza no está manchado con el error.

Esto es también una gran ayuda a nosotros como Su pueblo. Lo que cantamos tiende a impresionar nuestra manera de pensar. Si cantamos los cantos del hombre, podemos sembrar, sin querer, las semillas del error en nuestras mentes. Pero si entonamos sólo cantos de Dios, bebemos Su propia Palabra y aprendemos a sentir Sus pensamientos tras de Él.

Promueven la memorización
Otro gran beneficio a cantar los Salmos es la memorización de las Escrituras. No cabe duda que la repetición al cantar es uno de los mejores métodos para la memorización de la materia (¿Cuántos melodías comerciales puede recordar usted?). El cantar de los Salmos en la adoración semanal es un medio maravilloso de plantar la Palabra de Dios en nuestros corazones. ¡Qué alegría es sentarse en una congregación de los que cantan Salmos y ver a los niños pequeños que alaban a Dios y cantan del Salterio sin mirar aún la página!

Llevan el poder del Espíritu
No tenemos una promesa de Dios que las palabras de hombres, aunque sean bienintencionadas, penetren el corazón y administren la gracia a Su pueblo. Pero tenemos tal promesa con respecto a la Palabra misma de Dios. Hebreos 4:12 nos asegura eso:  

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

Cuando cantamos los Salmos el Espíritu Santo penetra nuestros corazones de una manera que ningún himno escrito por los hombres jamás podría ser utilizado. Un himno bueno puede batir las emociones, pero la Palabra de Dios perfora el corazón. Un buen himno puede mover las emociones, pero la Palabra de Dios penetra el corazón.

Dan un balance apropiado los temas
Si usted da a escoger a un niño entre coles de Bruselas y unas jaleas, ¿Cuál va a escoger? Tenemos una tendencia natural para escoger sólo las cosas que nos atraen más a nuestros gustos. Además, hay algunas cosas que no escogemos ordinariamente pero que definitivamente las necesitamos. Lo mismo sucede con los cantos que escogemos en la adoración.

Hay algunos temas en la Biblia que nos deleitan de una manera especial. Hay otros que parecen más difíciles de saborear y digerir, pero que son necesarios para nuestro crecimiento en gracia y el conocimiento completo del consejo entero de Dios. Si nos dejan escoger a nuestros propia elección quizás tendamos a entonar los cantos en la adoración que enfocan casi exclusivamente en las cosas que más nos atraen (tal como la gracia, el amor, y la salvación) y dejar a lado los temas que nos atraen menos (tal como el juicio y la condenación de los malvados).

Una revisión de la mayoría de los himnarios modernos corrobora más este punto. Pero el amor y el juicio son ambos aspectos importantes del trato de Dios con la humanidad, y nosotros no somos libres descuidar un aspecto a favor del otro. Para apreciar completamente el carácter de Dios, debemos considerar y meditar sobre todos Sus atributos... no solamente los que nos consuelan.

El libro de los Salmos presenta muchos cuadros hermosos de la gracia, el amor y la salvación ofrecidos por Dios en Cristo, pero no descuida de Su juicio e ira justo contra el pecado. Es, por lo tanto, un libro de alabanzas que nos mantiene anclados en el consejo completo de Dios, alimentando nuestras almas con la carne "dulce" y "agria" de Palabra de Dios.

Proporciona base para la unidad
Hay varios himnarios en el uso entre cristianos evangélicos, cada uno que contiene cantos de alabanzas que refleja la herencia y las convicciones teológicas particulares de las iglesias que los utilizan. Hay ciertos himnos que en los que se encuentran declaraciones doctrinales con las cuales cristianos de otro fondo denominacional quizás no están de acuerdo. Pero no hay tal dificultad con los Salmos. Ellos son la mera Palabra de Dios. Así que de esta manera se nos da un himnario para la iglesia que verdaderamente cruza las líneas denominacionales. No reflejan la perspectiva doctrinal particular de ningún individuo o grupo. Traen ante nosotros la mente de Dios y su contenido debe ser universalmente aceptado entre todos los creyentes.

¡Imagínese qué pasos tan largos serían dados hacia unificar la iglesia si todo el pueblo de Dios hiciera siempre Sus cantos el tema de sus alabanzas cuando se reúne para el culto corporativo! En vez de llenar nuestras mentes con una dosis regular de nuestras doctrinas favoritas, estaríamos llenando nuestros corazones con la Palabra de Dios y aprendiendo juntos los grandes temas de los Salmos bíblicos.

Esto breve folleto sólo ha arañado o tocado apenas la superficie con respecto a la práctica de cantar los Salmos en la adoración de la comunidad. Esperamos que haya sido útil a usted al explicar por qué tenemos a esta convicción y traer ante usted una parte de los beneficios maravillosos de Dios al entonar estos cantos inspirados. Si tiene preguntas adicionales acerca de este tema, estaríamos contentos recomendar leer más. Que Dios nos dirige a cada uno de nosotros a una comprensión más profunda de lo que significa adorarle "en espíritu y en verdad".

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