“me gustaría que me dieran alguna sugerencia de cómo debo interpretar la parábola del rico y Lázaro.”
Pues, hermano, es un sermón entero, pero, para comenzar, tiene que notar que no hay parábola del rico y Lázaro, sino una historia. La diferencia es importante, porque aunque una parábola es un cuento que está de acuerdo con la verdad y la realidad, una historia es algo que pasó en realidad.
Y sabemos que es una historia por varias razones. Primero, no dice que es una parábola. Cristo Jesús contó varias parábolas, pero, cuando lo hizo, muchas veces nos dice, “dijo también esta parábola” o algo así (véase San Lucas 18:1 y 9 y muchos otros lugares). También, Cristo dijo así, “Había un hombre rico” (San Lucas 16:19) que es la manera natural de introducir una historia. Pero, tal vez más que todo, en esta historia tenemos dos personajes hablando, y aunque no sabemos el nombre del rico, Abraham no es alguien de una parábola, sino de la historia, y sabemos que él está en el cielo hoy, como nos dice Dios en Mateo 22:32,”“Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob. Dios no es Dios de muertos, sino de vivos.” Cuando él habló al rico, fue algo real, no algo inventado para enseñar algo.
Más que todo, esta parábola está sobre la realidad del cielo y el infierno, y la necesidad de hacer caso a las palabras del Dios vivo cuando estamos en esta vida, porque después de morir, no va a ser otra oportunidad.
Y, hermano, es algo para el momento, y, como siempre, estoy a sus pies en Cristo Jesús, y espero que nuestro Dios de gracia y amor le bendiga en toda manera.
Muy atte.
Su hermano en Cristo,
Esteban Larsón Macías, de www.iglesiareformada.com
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