“¿qué es la Religiosidad? es que a mí me dijo una amiga que yo soy así, porque le dije que tengamos cuidado con la música según Cristianas de hoy en día, y que yo no danzaba entonces me dijo esa palabra como diciéndome que estoy mal......pero en realidad no le entendí que quieren decir con Religiosidad.”
Pues, hermana, creo que le entienda. Su amiga está diciendo que Ud. tiene una religión, con reglas y ritos y prácticas, pero, sin Cristo. Así eran los fariseos y los saduceos en los tiempos de Cristo Jesús, y de verdad, inventaron su propia religión, aunque dijeron que era la religión de la Biblia, negaron al Hijo de Dios. Por ejemplo, leemos en Mateo 23:14, que Cristo Jesús dijo, “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque devoráis las casas de las viudas, y como pretexto hacéis largas oraciones; por esto recibiréis mayor condenación!” En este pasaje Cristo Jesús condenó a ellos por su religiosidad, es decir, que hicieron oraciones muy largas no de sinceridad, sino para impresionar a la gente, y de verdad, no creyeron, y por eso, fui hipocresía. Mas, esto no quiere decir que las oraciones largas son pecados, porque el mismo Señor y Salvador Cristo Jesús hora por mucho tiempo antes de ir a la cruz, hasta que los discípulos durmieron.
O, para dar otro ejemplo, nuestro Señor dijo también a los fariseos en San Lucas 11:41, “Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello.” Cristo no dijo que es malo diezmar (al contrario, dijo que sea necesario no dejarlo), más explicó a ellos que habían hecho cosas pequeñas de la ley sin hacer las cosas más importantes, y sí, esa religiosidad no tiene el poder de salvar.
Entonces, ¿cuál es la solución a la religiosidad? Es confiar en Cristo, y seguirle, según su palabra y no según nuestros pensamientos, ni los del hombre. Y si hacemos, vamos a poner todo en orden, porque vamos estar dirigidos por Cristo y su palabra, y hacer todo del deseo de servirle. Como dice San Pablo en Gálatas 2:20, “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.” O, en otro pasaje, nos dice así en Colosenses 3:1-3, “1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. 2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3 Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios.”
Por ejemplo, unas personas piensan que pueden cantar o danzar o hacer lo que quieren para alabar a Dios, porque quieren hacerlo. Mas, ¿qué dice Dios? En este mismo capítulo nos enseñan como alabarle, en versículos 16 y 17 dice, “16 La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. 17 Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.” Por eso, si aman a Cristo Jesús no van a cantar o hacer lo que quieren, más van a cantar según la palabra de Cristo, y así, van a cantar solo Salmos, e himnos, y canciones espirituales que vienen de las Escrituras y están de acuerdo con la Palabra de Dios, y no los que caen bien. Por ejemplo, unos himnos más antiguos son muy malos, por ejemplo, “He decido seguir a Cristo” que niega la declaración clara de las palabras de Dios que nos somos engendrados “de voluntad de varón, sino de Dios. Y, unos “himnos “modernos” son muy buenos, por ejemplo, “Bendeciré al Señor”, que está basado en Salmo 34:1-4 o “Tuya es la gloria” que está basado en Apocalipsis 7:12.
Hermana, no sé, y no puedo juzgarle a Ud. o a otro. Sea capaz que sí Ud. es culpable de religiosidad, y si es así, debe de arrepentirse. O sea capaz que su amiga es culpable de religiosidad, y debe de arrepentirse de hacer su propia cosa en lugar de lo que Dios manda. Pero, sería bien compartir estar carta con ella y hablar Uds. dos sobre el asunto, y examinar a sus propios corazones en la presencia del Dios vivo.
Y hermana, si quiere más, o si puedo servirle, estamos a sus pies en Cristo Jesús, y espero que nuestro Dios de gracia le bendiga en toda manera.
Muy atte.
Su hermano en Cristo,
Esteban Larsón Macías, de www.iglesiareformada.com
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