Dios ha predestinado a unos para salvación y otros para perdición y Dios sabe desde antes de la fundación del mundo quien ha de ser salvo, entiendo el plan de redención desde la caída del caída del hombre hasta la venida de nuestro señor Jesucristo nuestro redentor. Y como dos últimos pensamientos vienen a mi mente y a mi corazón, ¿cuál será el propósito de Dios de crear un mundo del cual ya sabía que su creación pecaría y como la redimiría o sea su principio y fin? ¿Pudo haber hecho solamente a su pueblo escogido para servirle y evitar toda la transición de redención y salvación en la cual conlleva mucha maldad de la humanidad?, esto pensando respecto a la predestinación de su pueblo y la elección incondicional. ¿Hay algo más que debería saber cómo presbiteriano?
Pues, es una buena pregunta, y nos da la respuesta en Romanos 9:21-24, “21 ¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? 22 ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción, 23 y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria, 24 a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?” El Señor aquí nos explica que la razón por qué Él hizo el mundo como es, y por qué existen los que no está predestinados a la vida eterna, es para que los que sí pueden entender que es el amor. En otras palabras, los que no fueron perdonados no saben que es la experiencia de amor, cuando los que fueron salvados con la sangre preciosa de Cristo Jesús pueden entender su amor en sus propias vidas. O, para expresarlo en otra manera, como nos enseñó el Señor Jesucristo en San Lucas 7:42, que los que tenemos una deuda entendemos el perdón. Eso es porque aún los ángeles del cielo anhelan mirar a estas cosas, porque nunca tenían la experiencia de estar perdonados (véase 1 Pedro 1:12). Sí, obviamente Dios tenía la habilidad de hacer todos nosotros como los ángeles, sin pecado, pero, decidió de hacernos como somos, para experimentar de su sublime gracia y amor.
Y hermana, si quiere más, estoy a sus pies en Cristo Jesús, y espero que nuestro Dios de gracia y amor le bendiga en toda manera.
Muy atte.
Su hermano en Cristo,
Esteban Larsón Macías, de www.iglesiareformada.com
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