¿Qué dice la Biblia sobre el ayuno?
Gracias, hermano, por su pregunta. Y sí, las Escrituras nos hablan del ayuno. Por ejemplo, el Señor Cristo Jesús nos dijo en San Mateo 9:15, “¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.” Por eso, así nos indica que en estos postreros días, desde que Cristo fue al cielo, que vamos a ayunar. Y, en la misma manera, nuestro Señor nos dijo como debemos actuar cuando estamos ayunando, en capítulo 6:16-18, cuando nos dijo, “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
Y, ¿para qué? Pues, para concentrar en el Señor y su llamamiento al servicio, por ejemplo, al ayuno del Señor Cristo Jesús (San Mateo 4:2) y el ayuno de los hermanos antes de enviar Pablo y Bernabé, en Hechos 13:2-3. Y, así servimos el Señor, como en Marcos 9:9, cuando nos dice que es necesario ayunar para pedir al Señor, y servirle en oración, como en Lucas 2:37.
Pues, hay mucho más que decir, pero, tal vez es algo para comenzar. Y, si quiere más, estoy a sus pies en Cristo Jesús para servirle.
Qué significado tiene el ayuno, para la iglesia reformada, y qué tipos o clase de ayuno se pueden practicar.
Muy estimada hermana,
Que la gracia y paz del Dios Padre y del Señor y Salvador Cristo Jesús sean con Ud., hermana.
Gracias, hermana, por su carta, y su pregunta. Pues, en San Mateo 6:16, nuestro Señor nos dice, “Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.” Por eso, creemos que no debemos hablar de nuestros ayunos, como algo de publicidad o para gloriarnos en nuestra humildad. Y sí, creemos que debemos ayunar, porque nos dice en San Mateo 9:14 y 15, “Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.” Y tenemos un ejemplo del mismo en Hechos 14:23, cuando leemos “Y constituyeron ancianos en cada iglesia, y habiendo orado con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído.” Por eso, también nosotros, para hacer algo importante como constituir ancianos en una iglesia, ayunamos. Pero, hay limitaciones a nuestros ayunos, porque también nos dice en 1 Corintios 7:5, “No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia.” Por eso, si estamos casados, no permitimos que el ayuno u otra cosa de devoción nos separen el uno del otro.
Por eso, la práctica en nuestras iglesias es que a veces celebramos un ayuno de toda la iglesia, a veces de un presbiterio o concreción, y si es así, ayunamos para orar el uno con otro al Señor en oración, en petición, en acción de gracias, en pedir el perdón del Señor, o lo que sea. Y, más comúnmente, como individuos, ayunamos para hacer lo mismo, pero, en privado.
Pues, hay mucho más que decir, pero, de toda manera, estoy a sus pies para servirle en Cristo Jesús.
Y hermana, espero que nuestro Dios de gracia le bendiga en todo.
Muy atentamente,
Su hermano en Cristo,
Esteban Larsón Macías, de www.iglesiareformada.com