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     SALMO 112:1,2

Bienaventurado el hombre que teme a Jehová.
Y en sus mandamientos se deleita en gran manera
Su descendencia será poderosa en la tierra
La generación de los rectos será bendita.
Bienaventurado el hombre que teme a Jehová.
Y en sus mandamientos se deleita en gran manera.

(Es del himnario de la Iglesia "Betel” de la Iglesia Evangélica Presbiteriana y Reformada,
Calle Agustín Lange s/n Ms. F. Lote 12, Urb. Las Brisas, Lima, Perú,
ieprp_betel@yahoo.com, http://www.geocities.com/ieprp_betel/)

          Salmo 113

  Alabad siervos del Señor,
Dad al Nombre de Dios loor,
Sea el Nombre del muy Potente
Desde ahora hasta por jamás
Bendito: y alabado mas
De el Oriente en el Occidente.

  Sobre todas gentes está
Enaltecido Jehová.
Sobre los cielos es su gloria.
¿Quien como Dios nuestro Dios aun,
Que ha puesto su habitación
Altísimamente notoria?

  ¿Que se abaja para mirar
Y del o y tierra? Y levantar
Hace al pobre del polvo: y alza
Al menesteroso fiel
Del estiércol: y mas de aquel
Con los príncipes lo ensalza:

  Con los príncipes asentar
De su pueblo hace lo. Y estar
La estéril con regocijos;
Y en familia grande habitar;
Y con alegría aumentar
Tornando la madre de hijos.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

       Salmo 113

1 Alabemos al Eterno,
Demos loores á Jehová.
Ensalcemos siempre el nombre
Del Señor
Desde el pueblo que primero
Ve del sol el orto allá;
Hasta el oeste do se esconde,
Demos loor.

CORO

Contemplando todo,
(Contemplando las hechuras
De piadosos y de injustos,)
Providencia vigilante
Paternal.
Rey jet cielo santo,
(Rey de célicas alturas,
Gobernante de los mundos.)
Quién hay come nuestro Padre
¡Celestial!

2 De entre el polvo saca al débil,
Al sentado en muladar,
Entre príncipes lo asienta
Como igual
Su poder vuelve á la estéril
En la casa su lugar,
Con feliz misión materna
Natural.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

Salmo 114

  Cuando Israel del Egipto salió,
Y de Jacob la casa se partió
De la bárbara gente.
Judá tribu fue por su santidad,
Y Israel señorío en verdad
Del Dios Omnipotente.

  La mar lo vido, y súbito huyó:
El Jordán mismo y atrás se volvió:
Demás como carneros
De gran temor los montes faltaron:
Collados mas amedrentados aun
Fueron como corderos.

  ¿Qué fuiste mar, que huiste sin paz?
¿Y tú Jordán que te volviste atrás?
Y montes que faltaste
¿De gran temor como carneros pues?
Collados mas que, así mismo esta vez
¿Qué corderos temblaste?

  A la presencia y vista del Señor,
Del Señor Dios de Jacob; de temor
O tierra esté temblando.
El cual la peña en estanque tornó.
Y de la roca aguas vivas sacó,
Roca en fuente mudando.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

Salmo 116 Versos 9-19

1 Ante el Eterno andaré,
Ojos enjutos, firme el pie,
En países do vivientes hay.
Mi hablar así es; Porque creí;
Pena tormento tuve: ¡ay!
Y grandemente, me afligí,
Y dije, tanto me asusté:
“Todo hombre es de mala fe.”

2 ¿Qué recompensa dar á Dios
Por tantos bienes que me dió?
Tomar la copa de salud,
El Nombre Optimo invocar
Delante de la multitud
Su pueblo, mis ofrendas dar.
Precioso en ojos del Señor
El fin de cada fiel viador.

3 Te ruego Eterno, tuyo soy;
Fui sierva la que á luz me dio;
Libre por ti, te ofreceré
La muestra de mi gratitud;
Presente el pueblo cumpliré
Mis votos con solicitud,
En atrios de su culto da
Jerusalem á ti, Jehová.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

           Salmo 117

  Todas gentes Dios alabad:
Todos pueblos a Dios cantad.
Porque sobre nosotros ha
Engrandecido, Jehová,
Su misericordia y bondad,
Y para siempre es su verdad.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

          Salmo 117

1 Alabanzas tributemos
A Jehová, sí, á Jehová;
Las naciones y los pueblos
Todos á Jehová load.

2 Porque grandes sus mercedes
Para con nosotros son;
Su verdad es para siempre;
¡Aleluya! Salvación.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

SALMO 117

Alabad A Jehová,
naciones todas;
pueblos todos, alábadle;
Porque ha engrandecido
sobre nosotros Su misericordia,
y la verdad de Jehová es para siempre;
¡Aleluya, amén!
y la verdad de Jehová es para siempre
¡Aleluya, amén!
 
(Se puede encontrar la melodía en el libro Celebremos su gloria, publicado por Centro de Publicaciones Cristianas, 8625 La Prada Dr., Dallas, TX 75228; teléfono 214-327-8971)

     SALMO 100:4 Y 118:24

Entraré por sus puertas
Con cantos de loor,
Por sus atrios con alabanza;
y diré, "Este es el día
que hizo el Señor;
Me gozaré y alegraré en él".
Yo le alabaré, yo le alabaré,
Me gozaré y alegraré en él
Yo le alabaré, yo le alabaré,
Me gozaré y alegraré en él.
        
(Se puede encontrar la melodía en el libro Celebremos su gloria, publicado por Centro de Publicaciones Cristianas, 8625 La Prada Dr., Dallas, TX 75228; teléfono 214-327-8971)

Salmo 119: Versos 1-6

1 Andando por el camino
Que la ley de Dios señala,
Muy felices los hombres son;
Y su vida inmaculada.

2 Aquellos son venturosos
Que sus preceptos indagan 
Con atención, y á Dios buscan,
Y de corazón le aman.

3 Así los que con maldades
Mancillan sus pobres almas,
Esos no van por las sendas
Que el Señor les señalara.

4 A guardar tus soberanos
Mandamientos nos encargas
Que nos apliquemos todos,
Con conciencia delicada.

5 Así yo lograr pudiera
Que mis pies no discreparan
Un ápice de la senda
Que tu justicia les marca.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

Salmo 119: Versos 9-14.

1 Bien sé yo que convendría
Al hombre en su mocedad: 
Le convendría acostumbrarse,
Tus mandamientos á observar. 

2 Buena y segura acogida
Dentro mi corazón tendrán
Siempre pues yo no deseo
Pecar contra ti, oh Jehová.

3 Bendito seas, oh, Señor,
Enséñame á venerar
La regla de tu caridad,
Las leyes de tu Santidad.

4 Riquezas, fama y poder
A otro dan falsa alegría;
Mas deseo tu ley amar,
Estando firme contra el mal.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

         SALMO 119:9, 11

¿Con qué limpiará el joven su camino?
¿Con qué limpiará el joven su camino?
Con guardar tu Palabra,
Con guardar tu Palabra.
En mi corazón he guardado tus dichos
para no pecar contra Ti.
En mi corazón he guardado tus dichos
para no pecar contra Ti.
     
(Se puede encontrar la melodía en el libro Cánticos Espirituales, Publicaciones Andamio, c/. Alts Forns no 68 – 08004 Barcelona, teléfono 432-2523)

Salmo 119 Versos 33-37

1 Enséñame tu justicia,
Pónmela por ley, Señor,
Y en cumplirla verás siempre
Firme mi resolución.

2 Entendimiento me dá,
Con que conozca el valor
De tu doctrina, y la siga
Con todo mi corazón

3 En el seguro ¿amino
De tus mandamientos pon
Mis pies, y por él me guía.
Pues por él quiero andar ya

4 Endereza de mi pecho 
Las afectos al amor
De tu ley; no de riquezas
A la violenta pasión

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

Salmo 119:41-46

1 Sin merecerlas yo jamás;
Me venga tu favor;
La salvación es, á saber;
Promesa de tu amor.

2 Así respuesta dar podré
Al vituperador.
En La Palabra confiaré,
Y me dará valor.

3 No quites de mi boca ya
La de tu gran verdad;
Que siempre mi esperanza va
Con ella en unidad

4 Así sin falta cumpliré.
Siempre jamás tu ley;
Libre vivir también podré;
Humilde con tu grey.

5 Tus testimonios sin rubor
A reyes mostraré;
Los recibí con toda amor,
En ellos gozaré.

6 A ellos, porque los amé,
Mis manos subirán;
Sin duda yo meditaré
En ellos con afán.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)
       
Salmo  119 Versos 97-101

1 ¿Mi amor á tu ley, Señor,
Cómo pudo tan activo
Ser? En ella meditando
Día de noche continuo

2 Más prudente me haces tú
Que todos mis enemigos,
Que sólo tus mandamientos,
De yo nunca me desvío.

3 Mayor que el de mis maestros
Y más claro el saber mío
Es; porque continuamente
En tus verdades medito.

4 Mi saber excede aún
Al de los ancianos mismos;
Pues saber lo que tú mandas
Es lo que más solicito.

5 Marcho siempre cuidoso
De huir la senda del vicio,
Para no faltar en nada
De que me has prevenido.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

     SALMO 119:105, 130, 89

1.Lámpara es a mis pies tu palabra,
Lámpara es a mis pies tu palabra,
Lámpara es a mis pies tu palabra
y lumbrera a mi camino.

2. La exposición de tus dichos alumbra,
La exposición de tus dichos alumbra,
La exposición de tus dichos alumbra,
y hace entender a los simples.

3. Y para siempre, oh Jehová, permanece,
y para siempre, oh Jehová, permanece,
y para siempre, oh Jehová, permanece
Tu palabra en los cielos.

(Se puede encontrar la melodía en el libro Celebremos su gloria, publicado por Centro de Publicaciones Cristianas, 8625 La Prada Dr., Dallas, TX 75228; teléfono 214-327-8971)

Salmo 119 Versos 145-149

1 Siempre estoy clamando á tí 
De todo mi corazón:
Oye, Señor, mi lamento
Y tu ley guardaré yo.

2 Sólo á ti, Señor, Dios mío,
Se dirige mi clamor.
Haz que observe tus mandatos,
Y logre mi salvación

3 Sale el sol, y ya clamando
Me encuentra; que en mi oración
Cada día en tus palabras
Es mi esperanza mayor.

4 Sin amanecer aún
Dejo el lecho, mi atención
Pongo y mis ojos en ti
Y en tu divina lección.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Niell E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

          Salmo 120

  En angustia y tristeza estando
Al Altísimo fué llamando:
Y el me respondió, Piadoso.
Señor, del labio mentiroso,
Y de la lengua fraudulenta
Escapa mi alma y ausenta.
Engañosa ¿qué te dará
La lengua? o ¿qué te añadirá?

  Saetas de valiente agudas,
Y brasas de nebros menudas.
Ay, ay de mil que peregrino,
En Mesech: y habito vecino
Las tiendas de Kedar, sin fama
Mucho se detiene mi alma
Con los que aborrecen la paz.
Paz soy: cuando hablo, guerra han mas.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

      Salmo 121

  Mis ojos al monte alzaré:
¿De donde abajará
Mi socorro y vendrá?
De parte del Señor habré,
El que tierra hizo y cielo,
Mi socorro y consuelo.

Al resbaladero dará
Tu pié seguro andar,
Quien vela en te guardar,
He aquí no se dormirá.
El que a Israel guarda.
Vela siempre y aguarda.

  Tu guardador es Jehová:
Dios tu sombra será,
Tu manderecha está.
El Sol no te fatigará
De día en cosa alguna,
Ni de noche la Luna.

  De mal te guardará Dios mas,
Tu alma y corazón
Salvará de opresión.
Desde ahora hasta por jamás
De Dios será guardada
Tu salida y entrada.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

SALMO 121:1-8

Alzaré mi ojos a los montes;
¿De dónde vendrá mi socorro?
Mi socorro viene de Jehová,
Que hizo los cielos y la tierra.
No dará tu pie al resbaladero,
Ni se dormirá el que te guarda.
He aquí, no se adormecerá ni dormirá
Él que guarda a Israel.
He aquí, no se adormecerá ni dormirá
Él que guarda a Israel.

Jehová es tu guardador;
Jehová es tu sombra a mano derecha.
El sol no te fatigará de día,
Ni la luna de noche.
Jehová te guardará de todo mal;
El guardará tu alma.
Jehová guardará tu salida y tu entrada
desde ahora para siempre, amén.
Jehová guardará tu salida y tu entrada
desde ahora para siempre, amén.

(Es del himnario de la Iglesia "Betel” de la Iglesia Evangélica Presbiteriana y Reformada,
Calle Agustín Lange s/n Ms. F. Lote 12, Urb. Las Brisas, Lima, Perú,
ieprp_betel@yahoo.com, http://www.geocities.com/ieprp_betel/)

      Salmo 121

1 A los cerros miraré;
De allí recibiré,
Del Señor, refuerzo y bien;
Cielo y tierra su obra son.
De tu pie ningún desliz
Dejará de corregir;
Que no duerme cree y dí;
De Israel es Guardador.

2 Guarda, sombra, albergue te es;
A tu diestra al Santo ve;
Ni del día el astro rey
Ni el nocturno te herirá.
Todo mal desviando él.
Vela por tu interno ser;
Salgas ó entres, ya lo ves,
Siempre te protegerá. 

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

     Salmo 122

  Alegrase mi corazón,
Con los que con muy alta voz,
A la casa del Señor Dios
Iremos, diciendo fueron.
O Jerusalem, nuestros pies
Estarán en tus puertas pues.
Jerusalem, edificada
Como una muy linda ciudad
Unida, en gran felicidad,
Y consigo a una aplicada,

  Allá las tribus subieron,
Las tribus del Señor fiel.
El testimonio a Israel.
Para con muy grande atención
El Nombre de Dios alabar.
Porque allá suelen estar,
Y están del juicio las sillas:
Sillas de casa de David,
La paz demandad y pedid
De Jerusalem sin mansillas.

  Los que te aman sean con paz.
Haya paz y prosperidad
En tu antemuro, oh Ciudad
Descanso en tus palacios mas.
Ahora oraré, paz en ti,
A causa y por razón así
De mis hermanos y cercanos.
De la casa a causa también
Del Señor, procuraré bien
Para ti, en todos mis años.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

          Salmo 123

  A Ti alcé mis ojos, el que en paz
En los cielos estás,
Como miran los siervos a la mano
De su Señor humano:
Como la sierva aun mira cada hora
A la de su señora,
Así a Dios miramos en verdad,
Hasta ver su bondad.

  Dénos, oh Dios, misericordia ten,
Misericordia ten:
Porque somos hartos de menosprecio.
Y nuestra alma, sin precio,
Muy harta está del escarnio hediondo
De los grandes del mundo:
D' el menosprecio, y desden a jamás
De los soberbios mas.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

        Salmo 124

  Sino que fue por nosotros, decir
Bien puede ahora Israel, el Señor;
Sino que fue Dios nuestro protector,
Cuando para matar nos y herir
Alzaron se los hombres con furor.

  Tragados nos quieren vivos ya:
Cuando su ira en nosotros de paz
Encendiese. Sobre nosotros mas
Las aguas aun, y el arroyo quizá
Sobre nuestra alma inundaran demás.

  Sobre nuestra alma y para ahogarnos
Las aguas mas de impetuosidad
Entonces aun pasarán en verdad.
Bendito sea el Altísimo Dios
Que no nos dio por presa a su maldad.

  Del lazo y red del cazador cruel
Nuestra alma pues como el que escapó:
Escapamos, que el lazo se quebró.
Nuestro socorro en el Nombre fiel
Fue del Señor que tierra y cielo obró,

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

          Salmo 125

  Todos los que en el Altísimo
Confían, así son
Que el monte de Sión,
Que nunca deslizará: mismo
Que a jamás por gracia divina
Será ya nada.

  Como de altos montes cercada
Jerusalem está,
Al derredor será
Del pueblo suyo, y gente amada
Dios, para siempre por seguro
Y alto antemuro.

  Por lo cual de impíos y injustos
La vara no dará,
Y no reposará
Sobre el fuerte de los justos.
Porque no extiendan humanos
Al mal sus manos.

  Haz bien, ó Señor, a los buenos
Rectos de corazón:
Y a los que malos son,
Lleva con los de maldad llenos.
Y sea sobre Israel gloria,
Y paz notoria.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

        SALMO 125:1,2

Los que confian en Jehová
son como el monte de Sión,
que no se mueve,
sino que permanece para siempre.
Como Jerusalén
tiene montes alrededor de ella,
así Jehová está alrededor de su pueblo.

(Se puede encontrar la melodía en el libro Cánticos Espirituales, Publicaciones Andamio, c/. Alts Forns no 68 – 08004 Barcelona, teléfono 432-2523)

          
       Salmo 125

1 Al Monte Sión, que nunca
Se menoscabará,
Seméjase quien busca
Amparo en Jehová.

2 En torno de Solima
Hay cerros por doquier;
Y en torno nuestro mira
De Dios el gran poder.

3 De justos en la suerte
El mal no imperar
No incurra el justo en este
Ni pierda el bienestar.

4 Señor, alienta al bueno,
Los firmes en el bien;
Distingue y premia el celo,
Y mucho fruto dé.

5 Y á cuantos se apartaren
Enredos á seguir,
Dios con malvados saque,
Y en paz nos dé vivir.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

      Salmo 126

  Cuando hizo la cautividad
De Sión tornar de verdad
El Señor, nos que estuvimos
Como los que sueñan fuimos
Nuestra boca hinchió se de holganza
Y nuestra lengua de alabanza:
Decían las gentes con voz,
Con estos gran cosa hizo Dios.

  Grandes cosas el Salvador
Con nosotros fue hacedor:
Alegres hemos sido en paz.
Volver, oh Altísimo, haz
Nuestros cautivos sin enojos,
Como en el Austro los arroyos.
Los que sembrado con lloro han,
Con regocijos segarán.

  Yendo y llorando pues irá
El sembrador que llevará
La simiente cara a sembrar:
Mas viniendo para segar,
Con regocijo a maravillas
Vendrá trayendo sus gavillas
El trabajado segador,
Dando alabanzas al Señor.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

    Salmo 126

1 Sión cautiva Dios volvió;
Nos pareció soñando estar;
A risa alegre nos movió,
Y nuestra 1eigua á alabar

CORO:

Si su tesoro lleva,
Can llanto el labrador,
Con su cosecha nueva,
El gozo es vencedor.

2 Entonces el mundo gentil
De Dios las obras en favor
Nuestro llegó á referir:
Alégranos su grande amor.

3 Del cautiverio en que está
De Sión el resto haz volver,
Como en el austro, oh Jehová,
Arroyos vuelven á correr.

4 Con lágrimas sembrando
Simiente, la preciosa fe;
Con regocijo segarán;
Gavillas ricas Díos les dé.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

     Salmo 127

  Si no edificare Dios
La casa, en vano obrando están
Los que aquella edificarán:
En vano la guarda con voz
Velando está, si la ciudad
No guardare su Deidad.

  A levantar os con afán
Por demás es el madrugar,
Venir os tarde a reposar,
De dolores comer el pan:
Así Dios el sueño dará
A su amado, y bien hará.

  He aquí, de Dios heredad
Los hijos son, gracia y favor:
Cosa es de estima y de valor
El fruto del vientre en verdad:
Es del Señor precioso don,
Y muy singular galardón.

  Como en la mano del varón
Fuerte, valiente y de virtud
Saetas son; en juventud
Los hijos pues que nacieron,
Todos valientes son así,
Y muy valerosos de si.

  Dichoso es el varón que pues
De ellas su aljaba hinchará:
Avergonzado no será,
Cuando el hablare cada vez
En la puerta, en el tribunal
Con los que le quisieren mal.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

     Salmo 128

  O Bienaventurado
El que teme al Señor,
Que en sus vías templado
Camina con loor.
Cuando la labor comiendo
De tus manos estarás,
Dichoso tu, viviendo,
De aquello, bien habrás.

  Tu mujer fructuosa
En tu casa será,
Como una parra hermosa
Que fructífera está.
Tus hijos muy cuerdos,
Tu mesa cercarán:
Y como los nacidos De olivas crecerán.

  He aquí que todo hombre
Que teme a Dios así
Sin que haya pesadumbre
Será bendito así.
Dios de Sión tus vías
Bendiga: y mirarás,
El bien todos tus días
De Jerusalem mas.

  Y mas con regocijos
De tus ojos verás
Los hijos de tus hijos,
Y sobre Israel paz.

                 Salmo 129

  Muy mucho me han desde mi juventud,
Ahora diga Israel, oprimido:
Angustiaron me mucho en juventud,
Mas contra mi no han prevalecido.

  Aradores aun sobre, mi araron,
E hicieron en las espaldas mías
Surcos demás luengos. Mas de ellos aun
Justo cortó Dios las coyundas suyas.

  Vueltos atrás, con vergüenza estarán,
Los que a Sión están aborreciendo.
Como yerba así de tejados serán,
Que nace y muere, y se seca naciendo.
Y de la cual el mismo segador
Aun no hinchió sus manos pobrecillas.
Por galardón como trabajador:
Ni brazo suyo aquel que hace gavillas.

  Ni dijeron los que pasaron, paz
De el Señor Dios sobre vosotros sea,
Y bendición: En Nombre de Dios mas
Bendecimos os, y el Señor os vea.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

      Salmo 130

  De los profundos clamo
A ti, oh Señor, Dios:
Noche y día te llamo,
Señor oye mi voz.
Tus orejas atentas
Sean a la voz aun
Y a las palabras lentas
De la mía oración.

  Si los pecados vanos
Mirares, oh Juez,
Señor, de los humanos
Quien persistirá pues?
Pero perdón ha sido,
Y es acerca de ti:
Para que muy temido
Seas al mundo así.

  En Dios he esperado,
Mi alma espera en el:
Siempre he me confiado
A su palabra de el.
Espera a Dios mi alma,
Mas que esperando son
A la mañana, y alba
Las guardas en sazón.

  Que Israel en concordia
Espere a Jehová,
Porque misericordia
Y gracia en el está:
Redención grande y alta
En el es. Israel
De toda culpa y falta
Redimirá fiel.

(Es de los Salmos metrificados por Juan LeQuesne, de 1606, utilizando el deletreo moderno del castellano.)

    Salmo 130

1 De lo hondo yo te llamo;
Vén, Señor, á socorrer;
Á mi voz oído presta;
Que te ruego humilde ves.

CORO.
Heme esperando,
Heme esperando al Señor;
Heme esperando, esperando al Señor;

2 Si mirases los pecados,
¿Quién podría estar en pié?
Pero tú, al ser temido,
Puedes perdonar también.

Mi alma al Señor espera,
Su palabra esperaré;
A Jehová mi ser aguarda
No dilatará su bien.

4 Esperé con más empeño 
Que nocturno velador;
Velador que él alba espera
No se afana como yo.

5 Israel á Dios espera,
Y confíe en su piedad;
Plena redención promete;
Sí, del mal redimirá.

(Es de Salmos de David en Verso Coleccionados por el Revdo. Neill E. Pressly,
publicado por Imprenta "La Fe Cristiana", 1909)

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