Los pecados, ¿cómo se pueden dividir, o sub dividir, o clasificar?

Gracias, hermano, por su carta, y su pregunta. Pues, una manera de dividir los pecados es mirarlos como ofensas contra Dios y ofensas contra los otros. La ley fue dividida en dos partes, los primero cuatro mandamientos, en contra de Dios, y los últimos seis mandamientos, en contra de los otros. Por eso, leemos las palabras de Cristo Jesús, en Mateo 22:37-39, “37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.”

Pues, unos quieren justifica sus pecados en decir que no es un pecado, sino un pecadillo. Pero, el Señor nos dijo por el apóstol Santiago, “10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. 11 Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley.” (Santiago 2:10-11). Por eso, en una manera, todos pecados son iguales, porque en violar la ley, hemos ofendido a Dios, y somos rebeldes en contra del Dios santo.

Pero, leemos en la palabra de Dios que unos pecados son peores que otros. Por ejemplo, leemos las palabras de Cristo Jesús en Mateo 12:3-4, “3 Pero él les dijo: ¿No habéis leído lo que hizo David, cuando él y los que con él estaban tuvieron hambre; 4 cómo entró en la casa de Dios, y comió los panes de la proposición, que no les era lícito comer ni a él ni a los que con él estaban, sino solamente a los sacerdotes?” Aquí el principio es que hay unas cosas más importantes que otros, y a veces tenemos que escoger entre violar una ley de poca importancia para guardar una ley de mucha importancia (otro ejemplo es la mentira de Rahab, de que leemos en Santiago 2:25). A la misma vez, no es muy común que pasa así—casi siempre cuando la gente hablan así, es un pretexto para hacer el pecado.

Y a la misma vez, así vemos que unos pecados son más severos que otros, especialmente los de matar a un inocente y hacer las relaciones sexuales fuera del matrimonio. Leemos en Génesis 9:6, “El que derramare sangre de hombre, por el hombre su sangre será derramada; porque a imagen de Dios es hecho el hombre.” (una ley que todavía está en marcha). Y leemos en 1 Corintios 6:18, “Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.” (véase también Romanos 1:23-32).  Por eso, en un sentido, hay una diferencia entre pecados, en que unos son más severos que otros. Y así nos enseñó el Señor Jesucristo cuando dijo en Mateo 23:23, “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.” Aquí el Señor no está justificando los que no hacen sus diezmos (que sí todavía están en marcha), sino está explicando que hay cosas mucho más importantes (me interesa mucho, porque la gente me escribe más sobre los diezmos que cualquier cosa, y así muestran que no entienden las cosas más importantes de la ley).

Pero, nuestra meta en la vida debe ser santos, como Dios es Santo, y por eso, nunca debemos pensar que sea lícito hacer el pecado, si sea grande o pequeño. Es como dijo Cristo Jesús en Mateo 5:19, “De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.”

Pues, hermano, es algo por el momento, y si quiere más, solo tiene que escribirnos.

Muy atte.

En Cristo Jesús,
Esteban Larsón Macías, de www.iglesiareformada.com
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