“¿cómo se puede trabajar con niño, en una escuela dominical si la verdadera responsabilidad está en los padres, o como hacer un discipulado con ellos si no son salvos? me sentiría bien agradecido con ustedes si me responderían estas dudas que tengo en mi ministerio.”

Pues, hermano, primero tenemos que entender que la responsabilidad que el Señor nos dio es proclamar el evangelio a todos, y los niños no están excluidos. Vemos esto en el ministerio de nuestro Señor Jesucristo cuando llevaron los niños a Él, y los discípulos reprendieron a sus madres, mas Cristo Jesús les dijo, “Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.” (Marcos 10:14) Y sí, tiene razón que la responsabilidad de enseñar a los hijos pertenece a los padres, porque así también es la promesa de Dios en el nuevo pacto aún más que en el antiguo, como dijo San Pedro en el Día de Pentecostés, “Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos.” (Hechos 2:39) Y por eso, San Pablo explica sobre los hijos de los creyentes que son santos, cuando los hijos del mundo son inmundos. (1 Corintios 7:14) Pero, esto es precisamente porque debemos predicar el evangelio a ellos. Si son creyentes (y es posible que sean creyentes), estamos edificándoles en la fe, y si no son, estamos proclamando el evangelio a unos que no creyeron, para que crean y tengan la vida eterna. Aquí en Uruguay hay unos padres incrédulos que dejan a sus hijos venir a la iglesia, aunque los padres no creen. Si los padres dejen sus hijos venir a Cristo, ¿por qué se lo impidan? Al fin de todo, no son los padres que están encargados de sus hijos, mas Dios, y si los padres no enseñan a sus hijos la vedad del evangelio, los otros en la comunidad cristiana debe de hacerlo. Por supuesto, lo mejor es cuando los padres llevan sus propios hijos a la iglesia como miembros, y los niños, tanto con los padres, aprenden el evangelio y también los enseñan en casa. Pero, cuando no es así, todavía tenemos la responsabilidad de enseñar a todos, hasta los niños que Cristo Jesús recibió.
Y hermano, y si quiere más, o si puedo servirle, estamos a sus pies en Cristo Jesús, y espero que nuestro Dios de gracia le bendiga en toda manera.

“se sabe que la escuela dominical es fruto del humanismo en el siglo XIX pero no entiendo por que permitimos esto si estamos tratando de vivir a la luz de la palabra de Dios?”

Hermano, los puritanos de Inglaterra y los EE.UU. y los luteranos y reformados del continente hicieron clases los domingos en sus iglesias para sus niños (véase, por ejemplo, el artículo por un Martín Lutero sobre la necesidad de mantener escuelas en cada iglesia—está en nuestra Biblioteca). Y aunque es verdad que el movimiento moderno de escuelas dominicales comenzó en 1780 en Inglaterra, y llegó a los EE.UU. en 1791, no era un fruto de humanismo. Y los que después fundaron escuelas dominicales, aunque liberales políticamente, como George Mueller en Bristol, no eran humanistas, sino evangélicos que desearon de proclamar el evangelio de Cristo Jesús.

Muy atte.

Su hermano en Cristo,

Esteban Larsón Macías, de www.iglesiareformada.com
Misionero a Uruguay de la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa,
Rivera, Uruguay
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