“Fui bautizado como a los 12 años y luego me aleje de la iglesia. Me he reconciliado recientemente. ¿Debo bautizarme otra vez?

Pues, hermano, no hay ninguna vez en la Biblia cuando una persona fue bautizado una segunda vez. Al contrario, fue algo que no fue considerado hasta el 4º Siglo después que nació Cristo Jesús. En la Biblia, leemos del bautismo del Nuevo Testamento en Hechos 2:38-39, “38 Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. 39 Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.” Por eso, el bautismo es el símbolo de estar incluido en Cristo Jesús, de estar llamado por nuestro Dios a la salvación en Él. Y, nos dice casi lo mismo en Efesios 4:4-5, donde nos dice, “4 un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; 5 un Señor, una fe, un bautismo.” Otra vez nos habla de estar llamados, esta vez a una misma esperanza de nuestra vocación. Nos dice que hay solamente “un bautismo”, una indicación que aunque hay muchas iglesias, no debemos considerar que nuestro es el único, o que el bautismo de otros no es válido.

Por eso, ¿Qué debe hacer? Pues, primero comienzo con una analogía del Antiguo Testamento. El símbolo de estar llamado por Dios en el Antiguo Testamento fue la circuncisión, pero, obviamente, no es posible repetir tal rito. A la misma vez, muchas personas que ya fueron circuncidados no cumplieron con el significado de su propia circuncisión, y por eso, Dios les llama al arrepentimiento. Lo vemos en pasajes como Deuteronomio 10:16, donde nos dice, “Circuncidad, pues, el prepucio de vuestro corazón, y no endurezcáis más vuestra cerviz.” Y, vemos lo mismo en Jeremías 4:4, “Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras.” Y, lo vemos en otros pasajes muy semejantes.

En el Nuevo Testamento, cuando la gente hizo el pecado después de estar bautizado, no estaban mandados de estar bautizado de nuevo. Por ejemplo, leemos sobre Simón el hechicero, en Hechos 8, y cuando San Pedro le acusó de ser pecador, le dijo, “Arrepiéntete, pues, de esta tu maldad, y ruega a Dios, si quizá te sea perdonado el pensamiento de tu corazón.” (Versículo 22). Y, Simón sí se arrepintió, pero, no hay ninguna indicación que fue necesario bautizarle de nuevo. Y, cuando leemos en 1ª y 2ª de Corintios sobre el hombre quien hizo adulterio con su madrasta, ni en la acusación en 1ª de Corintios, ni tampoco en la descripción de su perdón en 2ª de Corintios, no hay ninguna indicación que fue necesario bautizarle al pecador otra vez.

Y, como siempre, hay mucho más, y si quiere más, solamente tiene que escribir a nosotros. Y hermano, favor de saludar a los santos allá, y especialmente a su propia familia, de nuestra parte. Y si podemos ayudarle, pues, como siempre, estoy a sus pies en Cristo Jesús, y espero que nuestro Dios de gracia y amor le bendiga en todo.

Muy atte.

Su hermano en Cristo,
Esteban Larsón Macías, de la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa
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Santa Ana, California, EE.UU.

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