“esta bien, que las hermanas de la iglesia, se pinten el cabello, si dios dice que las canas es una honra. Está bien que usen aretes, dios no mando, a, las mujeres judías, del pueblo de Israel, que se hicieran huecos a los oídos, eso de ponerse aretes lo copiaron de, las mujeres paganas de Egipto, mi pregunta es, porque en algunas iglesias enseñan, que la mujer creyente, no debe usar aretes.”

Pues, no hay una prohibición en sí en contra las aretes. Al contrario, se usan en una manera favorable, como leemos en Ezequiel 16:12  donde Dios dice a Israel, “Puse joyas en tu nariz, y zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza.” Por eso, el uso de las joyas en la nariz y las aretes en las orejas es una bendición (véase también Cantares 1:11 y Proverbios 25:12).

Y la prohibición en sí de unas prácticas, por ejemplo, la prohibición de Dios en contra de afeitarse, no era porque los egipcios lo hicieron, sino porque lo hicieron para imitar a sus dioses y no ser fiel al Dios verdadero, como leemos en Levítico 21:5-6, “No harán tonsura en su cabeza, ni raerán la punta de su barba, ni en su carne harán rasguños.  Santos serán a su Dios, y no profanarán el nombre de su Dios, porque las ofrendas encendidas para Jehová y el pan de su Dios ofrecen; por tanto, serán santos.”

Pero, como cualquier adorno, si sea de la mujer u hombre, puede estar abusado. Esto es porque Dios nos dice por medio del apóstol, “1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, 2 considerando vuestra conducta casta y respetuosa.  3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. 5 Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; 6 como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza.” (1 Pedro 3:1-6)

Sí, entiendo que haya unos grupos que dicen que un creyente verdadero nunca va a afeitarse, o bañarse, o cambiar su ropa, porque así se hacen la gente del mundo, pero, no están prohibidos por Dios. Pero, tenemos que reconocer que la belleza verdadera es del corazón, y no del cuerpo. Eso es porque Dios dice a Samuel en 1 Samuel 16:7, “No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”

Y, hermano, si quiere más, como siempre, estoy a sus pies en Cristo Jesús, y espero que nuestro Dios de gracia le bendiga en toda manera.


Muy atte.

Su hermano en Cristo,
Esteban Larsón Macías, de www.iglesiareformada.com
Misionero a Uruguay de la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa,
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