La Soberania de Dios Sobre las
Circunstancias de la Vida

Daniel

por Gabriel Otero

El libro de Daniel es uno de los libros más estudiados de la Biblia. Su autor es Daniel mismo. Encotramos que Daniel estaba cautivo en Babilonia y fue una persona enseñada, antes de su cautividad, en letras y también en ciencia, según se desprende de este libro del cual vamos a mirar algunas informaciones con respecto a este gran siervo de Dios.



En el Cap.1:1-6, leemos: "En el año tercero del reinado de Joacím rey de Judá, vino Nabucodonosor rey de Babilonia a Jerusalén, y la sitió. Y el Señor entregó en sus manos a Joacím rey de Judá, y parte de los utensilios de la casa de Dios; y los trajo a tierra de Sinar, a la casa de su dios, y colocó los utensilios en la casa del tesoro de su dios. Y dijo el rey a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de Israel, del linaje real de los príncipes, muchachos en quienes no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la lengua de los caldeos. Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey. Entre estos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de los hijos de Judá."



Sabemos que había muchos más que fueron llevados cautivos a Caldea, pero entre ellos sobresalía Daniel el autor de este libro que practicamente es una autobiografía y que también nos enseña cosas formidables como las relatadas en los capítulos 10, 11 y 12, las cuales han sido base de controversia a través de cada centuria. Cada teólogo ha interpretado la venida del Señor con sus diferentes acontecimientos bajo distintos aspectos. Sabemos por sí que el libro de Daniel es compañero del libro de Apocalipsis en el Nuevo Testamento, y que juntos forman en cierta medida la base de interpretación escatológica o sea de los últimos tiempos de la iglesia y del mundo secular que nos rodea.



Ahora bien, ¿cuál fue el propósito por el cual el rey Nabucodonosor llevó cautivos a eos hombres de Judá? El Cap.1:17-18, nos aclara ese propósito: "A estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños. Pasados, pues, los días al fin de los cuales había dicho el rey que los trajesen, el jefe de los eunucos los trajo delante de Nabucodonosor." Vemos que las Escrituras nos enseñan que a estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento en letras y ciencia. Nabucodonosor llevó a estos jóvenes para a su vez enseñarles estrictamente la lengua caldea por supuesto, y también ciencias matemáticas y ciencias de la economía a los efectos de que ellos se preparasen para el gobierno del gran imperio caldeo que se estaba levantando.



¿Cuál es el tópico de este libro autobiográfico y que también nos da gran perspectiva de mirar el carácter de Dios? Daniel escribió este libro encerrado en un sólo pensamiento y que es indudablemente el tópico del mismo: "La soberanía de Dios sobre las circunstancias de la vida". Y este es precisamente el título que le hemos asignado a este estudio, porque es de suma importancia para que podamos comprender en forma exacta lo que Daniel nos habla en su libro.



Pasemos ahora a buscar en este libro algunas circunstancias y también la manera en que Dios resolvió esas circunstancias a los efectos de que podamos ver en ellas la manera en que Dios controla nuestra vida. En el Cap.2:47, podemos apreciar cómo Dios revela los misterios de la vida. Dice: "El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio." Hubo un misterio en el cual Daniel se vio envuelto, el de interpretar un sueño. Ahora bien, este versículo no nos enseña que nosotros vamos a revelar sueños, de ninguna manera. Nos enseña que nosotros vamos a entender los misterios de Dios. Y para ello, y a fin de no apoyarnos en nuestra opinión personal al respecto, leamos en la epístola a los Efesios Cap.3:1-5, lo que el apóstol Pablo entiende por "misterios". Dice: "Por esta causa yo Pablo, prisionero de Cristo Jesús por vosotros los gentiles; si es que habéis oído de la administración de la gracia de Dios que me fue dada para con vosotros; que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente, leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu:..." Y aquí está el misterio: "...que los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo, y copartícipes de la promesa en Cristo Jesús..." (Vr.6). En el día de hoy no existe misterio con respecto a la salvación; Dios no solamente salvó a Israel, simiente de Abraham, para formar de ese pueblo una gran nación, sino que unió a Israel con los gentiles, y de esa manera formar un árbol macizo, firme y fuerte. Tenemos el misterio en su completo desarrollo y tenemos ese misterio desarrollado para nosotros en las Escrituras. Por eso el libro de Daniel nos dice que Dios tiene soberanía sobre las circunstancias de la vida. En primer lugar, esa soberanía de Dios nos dice que él es el que revela el misterio de la vida. No hay ser humano que pueda revelar el misterio de Dios. Nosotros los cristianos, los que conocemos a Dios, podemos sentarnos y hablar de las manifestaciones de Dios y podemos leer las Escrituras e iluminarnos de aquellas cosas que eran misterios aun a los apóstoles, pero que ahora nos han sido reveladas a través del Espíritu. Es decir, los apóstoles recibieron la inspiración, escribieron ese misterio y como consecuencia ahora nosotros conocemos el misterio de Dios tal cual él quiere que lo conozcamos.



En el libro de Daniel, tan prematuro en aquellos días, Dios personalmente le habló como lo hizo con Pablo, con Pedro y con Juan, y les reveló las cosas que debían escribir, es decir, Dios tomó participación directa de la revelación de su misterio. Por eso Dios controló la circunstancia en la vida de Daniel. Dios controla nuestras circunstancias al revelarnos a través de las Escrituras el misterio de la salvación.



En segundo lugar, la soberanía de Dios sobre las circunstancia de la vida se ve a través de que Dios obra en base a la verdad absoluta. Repitamos esta idea: Dios obra y sigue obrando en base a la verdad absoluta. En el Cap.4:37, leemos lo siguiente: "Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas, y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan con soberbia." Fijémonos en lo que dice Nabucodonosor: "...porque todas su obras son...-¿qué?-...verdaderas,..." "...y sus caminos son...-¿qué?-...justos;..." Todos los caminos de Dios son verdaderos. Esto nos lleva a recordar que Jesús orando al Padre en su oración personal que encontramos en Juan Cap.17:17, nos declara cuál es la verdad absoluta. El milagro de Daniel una vez más expresado frente al rey Nabucodonosor, quebranta el corazón de este rey y él exclama que todas las obras de Dios son verdaderas. Una declaración bastante fuerte para un rey incrédulo ¿verdad? Jesús nos declara qué es la verdad absoluta. Hay muchas personas que ignoran la verdad absoluta, pero honestamente buscan la verdad. Piensan, ¿será la Iglesia Católica Romana la verdad, la que nos puede llevar a Dios? ¿Será la Iglesia Presbiteriana, la Iglesia Bautista, o la Iglesia de los Hermanos libres, o la Iglesia Metodista, o la Iglesia Pentecostal? ¿Cuál es el camino que nos lleva a Dios? ¿Cuál es la verdadera religión? Aquí el evangelista Juan nos relata en la oración del Señor cuál es la verdad absoluta. Y dice: "Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad." Aletheia, en el idioma original que significa sin nada que quede cubierto. Es verdad pura. La palabra usada en el griego es la palabra más pura para definir la verdad. En definitiva, la palabra de Dios es la verdad absoluta.



Por eso el libro de Daniel nos habla de la soberanía de Dios sobre las circunstancias. En primer lugar, nos revela sus misterios, y hoy a través de su palabra como lo hemos visto anteriormente descubrimos los misterios de Dios. El primer misterio que descubrimos es que estábamos perdidos en dirección al infierno y la ira de Dios estaba sobre nosotros. La palabra de Dios dice que aquel que muere en pecado está condenado y será quemado en el lago de fuego. Pero también la palabra de Dios dice que su amor es eterno; y al mismo tiempo que Dios es justo es también amoroso y extiende su amor para con nosotros; quiere estrechar nuestras manos y quiere escogernos. Pero Dios ha establecido un solo camino entre él y los hombres, Jesucristo. Muchas personas usan un viejo refrán que dice: "Todos los caminos conducen a Roma" y de la misma manera creen que pueden usar esta expresión con relación a Dios, y eso no es cierto. "Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre." (1.Timoteo 2:5) ¿Nos damos cuenta? La Escritura no titubea, no nos habla de alternativas, la Escritura nos habla de cosas positivas, firmes, absolutas y verdaderas. Un solo camino a Dios. Ese camino tiene un solo puente y ese puente es Jesucristo. ¿Lo hemos cruzado?



Por eso aquí en el libro de Daniel vemos la soberanía de Dios. Cuando ese gran rey dijo: "porque todas sus obras son verdaderas" también afirmó eso. Cuando Jesús dijo: "tu palabra es verdad", estamos tratando de algo que es absoluto, de algo que no da lugar a dudas, de algo que es totalmente claro e inviolable por ser absoluto. ¿En qué basamos nuestra fe? ¿En razonamientos humanos? ¿Basamos nuestra fe en hipótesis que los científicos tratan de descubrir en el balance de la ciencia? ¿O basamos nuestra fe en la verdad absoluta? Daniel nos relata la sabiduría de este rey a quien Dios le permitió hacer muchas cosas, pero un rey que también reconoció dentro de ese permiso la gran autoridad de Dios y pudo decir: "porque todas sus obras son verdaderas" ¿Podríamos nosotros decir lo mismo, que las obras de Dios son verdaderas?



En tercer lugar, la Escritura nos dice que Dios es eterno y consecuentemente todas sus sobras son eternas. Dice en el Cap.6:26-28: (transcribe las palabras del rey Darío) "De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos, y su reino no será jamás destruído, y su dominio perdurará hasta el fin. El salva y libra, y hace señales y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel del poder de los leones. Y este Daniel prosperó durante el reinado de Darío y durante el reinado de Ciro el persa." Estamos frente a lo espectacular, a algo que nuestra mente no puede comprender. Daniel puesto en una fosa y en esa fosa leones hambrientos. Y en lugar de ser devorado, los leones cierran su boca. Frente a lo increíble, el rey Darío dobla sus rodillas ante Dios y proclama que el Dios de Daniel es el Dios viviente que permanece para siempre. ¿Qué es lo que motivó al rey Darío a proclamar la soberanía de Dios sobre el tiempo, sobre el reino y sobre la vida de los hombres? ¿Qué fue lo que convenció al rey Darío a pensar en el Dios absoluto y verdadero de todos los siglos? Simplemente el milagro del cuidado de Dios. Dios cuidó de sus hijos y cuidó de Daniel. Y Daniel se dejó cuidar de Dios también, es decir, no murmuró cuando el decreto fue hecho, no protestó a Dios diciendo: "Señor, ahora que te soy fiel mira todas las cosas que me pasan". No. Se sometió a Dios. Y entendió también que si Dios quería quitar su vida de esa manera así lo aceptaba sometiéndose al decreto injusto por cierto, que había promulgado ese rey que hasta ese momento desconocía al Dios de Daniel, es decir al Dios de Israel.



¿Hemos experimentado ser usados por Dios en la forma como Daniel lo fue? Daniel no hizo nada espectacular, simplemente se dejó usar por Dios. Muchas veces nosotros queremos ser usados por Dios y le queremos decir cómo él nos puede usar. ¿Nos damos cuenta dónde está la equivocación, dónde está el error que muchas veces nos trae tanta amargura y malestares que nos vemos obligados a tomar analgésicos para poder rehabilitarnos? ¡Qué importancia tiene creer en Dios! ¿verdad? Daniel creyó en Dios y dejó que él se hiciera cargo de cada una de sus circunstancias, no obstante que él se había mantenido fiel. Por eso el libro de Daniel nos habla de la soberanía de Dios vista a través de la revelación de los misterios de la vida; vista a través de la verdad absoluta; y vista a través de la vida eterna que Dios da a aquellos que realmente le conocen.



¿Cuál es la conclusión del libro de Daniel? Simplemente esta. En el Cap.1:8, encontramos unas palabras muy sabias: "propuso en su corazón". He aquí el secreto maravilloso de la soberanía de Dios. Daniel propuso en su corazón obedecer a Dios. Daniel propuso en su corazón andar con Dios. Daniel propuso en su corazón creer a Dios. Muchas veces nosotros proponemos en nuestro corazón creer de acuerdo a nuestra mente o a nuestro propio razonamiento, pero Daniel propuso en su corazón no contaminarse de este mundo y ser fiel a Dios. ¿Qué dice el Vr.9?: "Y puso Dios a Daniel en gracia..." ¡Qué hermoso! ¿verdad? Cuando pasamos por las ascuas que queman, Dios nos da el refrigerio. Cuando decimos, "Señor, no obstante que el vendaval de este mundo nos sacude, nos quedamos plantados en la fe de que tú vas a obrar". Cuando decimos eso y lo hacemos, la gracia de Dios comienza a manifestarse. Eso es lo que llamamos en teología la soberanía de Dios. Respetar lo que Dios hace en nuestra vida sabiendo que el final ha de ser maravilloso.



Miremos el libro de Daniel con cuidado. Quizás habrá discrepancias escatológicas con respecto a la venida del Señor y demás detalles como los que leemos en los capítulos 10 al 12. Pero hay algo en este libro que nos une y es la visión exacta del poder de Dios y la visión magnífica de la gloria de Dios en el corazón del hombre. Quiera Dios que siempre sintamos en nuestro corazón el poder de ese Dios que todo lo controla.


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