PROPIEDAD DE CRISTO

Hoy quiero retomar o recordar una corta explicación de la confesión de fe reformada de los países bajos; y sea este un Devocional para confiar.

“En las Escrituras se llama iglesia de Cristo a las diversas congregaciones que Pablo fundó en diferentes lugares (1 Corintios 1,2: A la iglesia de Dios; Romanos 16,16: Os saludan todas las iglesias de Cristo). Se llaman así porque fueron compradas con la sangre de Cristo para ser de su completa propiedad, del mismo modo que Israel era el pueblo de Dios en medio de los demás pueblos.

Porque así como un esclavo, comprado a un amo cruel, pasa a ser propiedad de su dueño, así también sucede con las congregaciones de Cristo y todos sus miembros.

La Escritura nos habla de esta compra, por la que Cristo obtuvo a los suyos al gran precio de su sangre. Pablo escribió a los corintios ‘Porque habéis sido comprados por precio’. 1Cor. 6,20). Y en la carta a los Romanos amonesta a los miembros de la congregación a que no se juzguen el uno al otro, ni quieran gobernarse unos a otros. Nosotros solamente tenemos un Señor y Maestro, Cristo y somos de su propiedad.

Así como un buen pastor cuidaba bien de su rebaño dándoles buena comida, bebida y sombra, siendo el mismo un refugio para este, así también es Cristo para nosotros, pues nos libra del poder de Satanás, y es el protector y guardián de su pueblo. Sabe lo que nosotros necesitamos. ¡Su cuidado se extiende hasta las cosas más insignificantes! ¡Aun a nuestros cabellos! Cuando nuestros enemigos nos quieran hacer mal, puede transformarlo en bien. Él da la vida eterna y esta en la dificultad y la aflicción con quienes le reverencian. Nadie podrá arrebatar las ovejas de su mano Juan 10,28. también envió su Espíritu Santo para engendrar fe en sus promesas y dar fuerza a aquellos que le quieren servir dócilmente.

Nada hay que nos pueda consolar mas que esto: ser propiedad de un amo tan bueno Cristo.

Este es el único consuelo en la vida y también en la muerte.”

Que Dios les bendiga

Reverendo Presbítero
Carlos Mario Marín O.
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