Hogar Dulce Hogar... Salmo 84 

por Manuel López Franco. Pastor.


“Damos gracias a Dios por lo que El ha obrado en nosotros. Le agradecemos que nos haya dado hermanos que viven, ellos también, bajo su llamada, bajo su perdón, bajo su promesa. No nos quejamos por lo que no nos da, sino que le damos gracias por lo que nos concede cada día. NOS DA HERMANOS LLAMADOS A COMPARTIR NUESTRA VIDA PECADORA BAJO LA BENDICION DE SU GRACIA”. Dietrich Bonhoeffer (Vida en Comunidad)

“Debemos dar gracias a Dios diariamente por la comunidad cristiana a la que pertenecemos. Aunque no tenga nada que ofrecernos, aunque sea pecadora y de fe vacilante ¡¡qué importa!!. Pero si no hacemos más que quejarnos ante Dios por ser todo tan poco conforme con lo que habíamos esperado, estamos impidiendo que haga crecer nuestra comunidad, según la medida y riqueza que nos ha dado en Jesucristo”. Dietrich Bonhoeffer (Vida en Comunidad)

1.La Nostalgia (Morriña) del Hogar. (vs.1-4)
2.De camino a Casa. (vs.5-8)
3.Confiando en Dios hasta llegar. (vs. 9-12)

1. LA NOSTALGIA (Morriña) DEL HOGAR (vs 1-4)

(v.1) “ Cuan amables son tus moradas...” El Salmista expresa su profundo deseo de estar en la casa de Dios. “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas. Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mí alma tiene sed del Dios vivo: ¿Cuándo vendré y me presentaré delante de Dios? (Salmo 42:1-2. “Me acuerdo de estas cosas, y derramó mí alma dentro de mí; de cómo fui yo con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios. Entre voces de alegría y alabanza del pueblo en fiesta” (salmo 42:4)

(v.2b) “... el Dios vivo”. “Vosotros matasteis al autor de la vida”, es la acusación contra el pueblo que vio impasible la crucifixión del Justo “... Yo soy el primero y el último, el que vivo y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amen”
“...¿a quién iremos? Si solo tú tienes palabras de vida eterna.”
“ Porque dos males han hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, Y cavaron para sí cisternas rotas que no retienen el agua”(Jer.2: 13)

Cherterton...cuenta la historia de un joven que vivía hace siglos en las colinas de Wessex(Inglaterra). Había oído hablar de un enorme caballo blanco misteriosamente esculpido en la antigüedad en una ladera desconocida. Aquel rumor le había cautivado de tal manera que decidió dedicarse a buscar el legendario caballo. Pero mira por donde no lo encontró. Al final de su búsqueda, aburrido y desanimado, volvió a casa, harto y habiendo llegado a la conclusión de que el caballo blanco de sus sueños no existía. Y entonces, cuando divisó su pueblo desde la distancia después de su larga ausencia, se quedó atónito al contemplar el objeto de su búsqueda. EL CABALLO BLANCO HABIA ESTADO ALLI TODO



EL TIEMPO. Su pueblo estaba situado justo en el centro, pero nunca antes había sido capaz de reconocerlo, debido a lo familiarizado que estaba con su entorno.


Personas (especialmente jóvenes) viven esta misma situación. Emprenden una búsqueda, se
plantean preguntas y se cuestionan lo que han conocido hasta ahora. Visitan otros lugares, conocen otras personas, viven diferentes experiencias en búsqueda de respuestas. Con tristeza y desilusión en muchos casos a pesar de sus esfuerzos, no encuentran aquello que buscaban.
Lo que deberían es volver al hogar. Puede que si lo hicieran se llevarían la sorpresa de encontrar las respuestas que están buscando las tienen allí en la estantería de su iglesia. (D.Clemens) Lo único que sucede es que no ha  reconocido su valor único, porque estaban demasiado cercanas. LE ERAN DEMASIADO CONOCIDAS Y LO CONOCIDO NO SE ESTIMA. No fue esta la misma experiencia del hijo pródigo, que  arrepentido anhelaba la vuelta al hogar paterno...

(v 3) Es en la casa de Dios donde el alma del salmista halla descanso y refugio semejante al que hallan las aves en sus nidos. Podían ver desde allí los “altares” Expiación, Reconciliación y Comunión. Este deseo de estar lo mas cerca de la Dios y los suyos, contrasta con el sentir apáticos e indiferentes respecto a la asistencia a los cultos y a las actividades como iglesia. Para el salmista lo más importante es disfrutar de la presencia de Dios en medio de su pueblo
La intensidad de nuestro deseo de estar en la casa de Dios, con su pueblo ¿No revelará acaso nuestro grado de espiritualidad?.

Los atrios estaban abiertos, y los aleros del templo ofrecían un buen lugar para los nidos:
-casa... para los gorriones (v.3)
-casa... para Dios (v 4)
Detalle este que muestra la tierna hospitalidad de dios; Si hay lugar para los gorriones, seguro lo habrá para nosotros. De la misma manera que los pájaros hacen  nidos donde criar a sus polluelos, así quería tener el salmista su hogar “Cerca de los altares de Yahveh”, después de sus “polluelos”, podríamos añadir: “Así también yo hallo mí casa cerca de tus altares”. Quienes se sienten a gusto en la casa de Dios no pueden menos que desear que también sus hijos se sientan a gusto allí, como los polluelos en los nidos que sus padres han fabricado para ellos. ¿Dónde mejor que en la iglesia podemos estar con todos los nuestros?

“Dichosos los que habitan en tú casa” (v 4)

2. DE CAMINO A CASA (vs 5-8).

La iglesia como el templo apunta a una realidad mucho más gloriosa. Estamos en casa, pero todavía no. Somos peregrinos en busca del hogar, caminante que hacen camino hacia una patria por llegar. El salmista nos recuerda:

“Dichoso el hombre que tiene en ti sus fuerzas” (v.5. En su mente y corazón sólo tiene un pensamiento: El camino a Jerusalén y los “caminos”, que conducen a ella (v.5b. El peregrino sabe que la ruta es difícil, habrá que pasar el Valle de Bacá o las Balmaseras, donde el calor y la sequía dificultan la marcha. Pero esta experiencia se torna en bendición “Cuando atraviesan el valle árido, beben de manantiales, la lluvia temprana lo cubre de albercas” (v 6)


Estos remontan todos los obstáculos, todas las dificultades que les impiden llegar al templo. Dios convierte en beneficios las mayores contrariedades y provee la ayuda necesaria a los suyos durante el camino.


“Caminan de refugio en refugio hasta vera Dios en Sión”(v.7)
“Van de fuerza en fuerza (cada uno); es visto delante de Dios en Sión”

Ninguno de los peregrinos ha desfallecido abandonando el viaje. Así debe correr el creyente hacia la meta puesta delante de sí (Fil. 3:14). En el N.T, la metáfora de la peregrinación expresa la situación actual del cristiano en su paso por este mundo (I P.2:11) camino de la Jerusalén celestial. La experiencia descrita por el salmista ¿No debería ser también la nuestra?


3. CONFIANDO EN DIOS HASTA LLEGAR (vs 9-12)

“ Porque mejor es un día en tus atrios...” (v.10)
Asistiendo a la Iglesia, congregándose con el pueblo de Dios, lejos de todas las ocupaciones y quehaceres “... que mil fuera de ellos”, ocupado en otros asuntos. “Escogería antes estar a la puerta de la casa de Dios” y ejercer allí el oficio mas bajo, que habitar aunque fuese un magnate “en las moradas de iniquidad”: prefiero ser portero en la casa de Dios, antes que príncipe en lugares donde reine la maldad; antes permanecer en el umbral del templo, como un mendigo (Hch.3:2), que en un palacio como un rico potentado.

“A través de la presencia del hermano en la fe, el creyente puede alabar a Dios el Creador, Redentor y Salvador. Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. El Prisionero, el enfermo, el cristiano aislado reconoce en el hermano que les visita un signo visible y misericordioso de la presencia del Dios Trino. Es la presencia real de Cristo lo que ellos experimentan cuando se ven, y su encuentro es un encuentro gozoso. La bendición que mutuamente se dan es la del mismo Jesucristo. Si el mero encuentro entre dos creyentes produce tanto gozo ¡¡ Qué inefable felicidad no sentirán aquellos a los que Dios permite vivir continuamente en comunidad!! . Sin embargo, esta gracia que el aislado considera como un privilegio inaudito, con frecuencia es desdeñada y pisoteada por aquellos que la reciben diariamente”.
                                                                                                        Dietrich Bonhoeffer.

“Mantengamos firme, sin fluctuar la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerándonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos y tanto más cuanto veis que aquel día se acerca” (Heb.10: 23-25)

(v.11) Dios era su esperanza, su gozo, su todo...
“Porque Sol y Escudo es Yahveh Dios”. En este mundo estamos en medio de tinieblas. El será para nosotros el Sol que ilumine nuestras vidas, nos guíe, nos haga fructificar... Estamos en


continuo peligro, pero El será el Escudo que nos defienda y proteja. ¡¡ Luz, calor, vida, protección, cuanta gracia, cuanto amor!!.

“Gracia y Gloria dará Yahveh”
La palabra “gracia” tiene que ver con el hecho de que el hombre es culpable delante de Dios y no merece otra cosa sino ser condenado. Pero la “gracia” es el regalo inmerecido, que Dios otorga a los suyos en Cristo Jesús Señor nuestro. “Gloria”, significa el honor que nos otorga al hacernos hijos y herederos. Dios nos dará la gracia suficiente y necesaria en esta vida como preparación para la gloria que nos aguarda.

“Ningún bien retraerá a los que andan rectamente”
¡Que seguridad tan grande, que gran consuelo!. Cualquier necesidad o carencia que podamos tener o sufrir, tengamos la seguridad de que la obtendremos, a no ser que Dios en su infinita sabiduría no los vaya a dar en otro momento mas conveniente o apropiado para nosotros.

“Dichoso el hombre que en ti confía” (v.12)

www.iglesiareformada.com
Sermones