Exposición del primer salmo
dividida en seis sermones
por Constantino Ponce de la Fuente
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Sermon primero

    Este salmo que entre todos los otros del rey y profeta David está puesto como por principio y cabeça de ellos, aunque en las palabras sea de los mas breves en la doctrina y espiritu es muy largo y copioso. Porque contiene en si todo el enseñamiento de lo que deve de hazer qualquiera hombre que quisiere servir a Dios y alcançar a ser verdaderamente bienaventurado. Avisa assimismo de qué cosas se deve de apartar para que ningun estorvo le impida de llegar a tan grande fin. Muestra el premio y favor que los justos esperan de Dios y el juizio que está aparejado para los malos. Quan de su parte le tienen los unos, quan por enemigo le tienen los otros. Si bien lo mirais, en esto se comprehende toda la doctrina que ha menester el hombre para no perderse y para tener cierto y seguro lo que Dios le tiene prometido.

    En muy pocas razones está abreviada en el salmo mas a nosotros conviene que la tratemos y declaremos por muchas. La divina escritura dado que fue escrita por mano de hombres fue de instinto y de industria del espiritu del cielo; y aunque los autores de ella dezian y escrivian pocas palabras, grande y largo sentimiento les quedava en el coraçon. Lo que nosotros y todos los enseñadores devemos hazer es aplicar la exposicion y sentimiento que quedava en el espiritu de ellos a la brevedad de sus palabras. Porque en quanto nuestras fuerças bastaren y el señor tuviere por bien de ayudarnos los imitemos en esto que, teniendo en pocas palabras el aviso, tengamos larga y copiosa leccion en el anima, mucha luz para nuestro entendimiento, mucho en que nuestra memoria se recree y de que nuestra voluntad se enamore. Esto tienen los libros de la divina escritura sobre todos los otros del mundo que son muy livianos en el peso, muy breves en las razones, porque remiten toda su fuerça, todo el valor y sentencia de lo que dizen, al espiritu del hombre para que el lo dilate, lo rumie y lo declare y esforçado para esto con favor del cielo, con el mismo lo ponga en obra. El oficio del enseñador es ayudar al oyente para este fin e irle enseñando los principales lugares y estaciones del camino y dandole avisos para que se guarde de donde se podria perder. No se puede esto verdaderamente hazer sin que Dios embie favor a los unos y a los otros. Esto es lo que avemos menester y esta es la peticion que ordinariamente aveis de tener en vuestros coraçones, si quereis entender como deveis de entender y obrar corno deveis de obrar.

    De comprehender en si este salmo con tan breves palabras el fin y principal proposito no solo de todo el libro, mas de la divina escritura, nació el parecer de algunos que dizen que por esta misma razon el profeta David (o quien despues coligió los salmos) lo colocó y hizo primero de todos y que propiamente es prefacion y proemio de los salmos y de aqui es que no tiene escrito sobre si titulo alguno como tienen otros salmos, porque los mas de ellos a lo menos, ya que otra cosa no tengan, tienen este titulo: salmo. Poco haze esto al caso para nosotros aunque son consideraciones de hombres doctos y avisados, porque agora sea verdad que David u otro algun colector quiso significar algun misterio en el orden de los salmos, que uno sea primero, otro segundo, otro tercero, &, agora sea lo mas cierto que los juntaron assi como cayeron o como mejor les pareció sin pretender en ello los misterios que otros afirman que ay, haze esto poco al caso para la doctrina presente y de qualquiera sentencia que sigamos queda claro y averiguado, este primer salmo de todos, en solos seis versos que tiene, comprehender en si surnada y abreviada toda la doctrina de la religion cristiana, de la fe, del sentimiento de las obras y de la esperança que conviene que tenga un hombre para que verdaderamente le alcance la redempcion y sacrificio de Cristo, nuestro redemptor, para que el padre eterno le ampare, le ame y le favorezca y haga bienaventurado.

    Con este presupuesto y aviso començaremos agora a tratar la declaracion del salmo. Dios nos dé parte de la fe, del espiritu y constancia que dio al profeta para componerlo ysentirlo, porque assimismo tengamos parte de la bienaventurança que enseña. Pues que no solo quiso el llegar a tal conocimiento y tal experiencia, sino dexarlo ordenado y escrito para aviso y doctrina de todos. Y el señor que a el dio esta luz está aparejado para darla a nosotros y a todos los que no la quisieren desechar, por cuya providencia y misericordia se han conservado y conservarán estas escrituras hasta que el mundo se acabe.

    Ya dixe que este salmo ningun titulo tenia, aunque si aveis estado atentos bien aveis podido entender qual será su propio y verdadero titulo, que es una breve definicion del hombre justo, unas breves señas en que se conoce, un breve aviso del camino de la bienaventurança, una seguridad y promessa de la voluntad y socorro de Dios, un triste fin y paradero del malo, porque se guarde el justo de seguir otro tal camino. Este es el titulo y el entendimiento del salmo; no resta sino proseguirlo con mas copiosa declaracion.



    Bienaventurado aquel varon que no anduvo en el consejo de los malvados, ni estuvo en el camino de los pecadores, ni se assentó en la silla de la pestilencia.



    Lo que primero avemos de declarar es esta palabra bienaventurado. No ay nacion en el mundo que tan diferente lenguaje tenga de todas las otras que no tenga su vocablo con que signifique y entienda lo mismo que nosotros entendemos por esta palabras bienaventurança. Porque como la codicia es una, y una misma la cosa que conciben, todos se despiertan igualmente a manifestar por palabras lo que tienen en el coraçon. No ay hombre que no codice que en todas las cosas le suceda prosperamente, que en todo le vaya bien, que ningun estorvo se le ponga delante, que ninguna cosa se haga que no sea a sabor de sus interesses y contentamiento. Imaginad pues un estado en que el hombre alcançasse todo esto y esso es lo que queremos entender por este vocablo bienaventurança, Esta codicia que dezimos que ay en el hombre tiene origen de la grandeza de su dignidad y de la grande capacidad que Dios le puso en el anima, de donde le nace aquella grande inclinacion y aquel ordinario apetito de ser tratado conforme al estado para que fue hecho y para que se le dio tan grande disposicion. De manera que aunque no acierta a pedir ni sabe señalar particularmente aquello con que ha de ser vencida su hambre, todavia pide a bulto hartura y satisfacion de aquella hambre. Esta ceguedad de no acertar a pedir y de no acudir al camino por donde ha de alcançar aquello mismo que el dessea, tiene por causa el pecado, que le puso tan grande ignorancia que nunca tenga verdadero juizio ni verdadero conocimiento de los bienes para que fue criado. De aqui es que como admite en consejo y en voto de sus desseos el parecer y codicia de su misma carne pide juntamente cosas desvariadas unas de otras. Las unas quiere para el anima y las otras para el cuerpo; y cada uno da alli bozes, demandando lo que le parece que le está bien, y el sospira por todo ello y como quiere contentar a todo, lo uno le lleva por un camino, lo otro le lleva por otro, y assi nunca está el pecador en un ser, porque el mismo se dexa combatir de todos aquellos vientos. De forma que si le preguntassen a un hombre que dixesse qué es lo que codicia -y como tiene figurado el estado de su bienaventurança- responderia con una torre de viento sacada de su coraçon, que en una parte de ella acertaria y en otra desvariaria; en unas pareceria cuerdo y en otras pareceria loco. Porque confessaria que lo que el desseava era un contentamiento muy grande para todos sus sentidos, que nunca oyesse ni viesse cosa que le diesse dessabrimiento sino grandissirno plazer y deleite, que nunca jamas errasse ni fuesse engañado, que tuviesse la mayor honra, la mayor ventaja, las mayores riquezas que se pudiessen imaginar; que nunca enfermasse ni la muerte tuviesse poder en el; que fuesse inmortal como Dios y que tuviesse seguridad que en ninguna manera podria venir a menos, ni mudarsele ni diminuirsele nada de esto. Este es su parecer sino que avemos dicho en pocas palabras lo que el diria por muchas y le avernos hecho gracia de muchas otras vanidades que el en su confession manifestaria. Y dado caso que el pecado y ceguedad del hombre sea causa que aya en estos sus desseos grande mezcla de locura a lo menos se saca en limpio que este apetito, tan natural y tan comun a todos, da a entender que ay algun estado en que el pudiesse alcançar mas y mejor acertado, que es lo que pide y dessea.

    Esta misma razon que avemos dicho convenció a muchos de los sabios del rnundo a que sentissen grande y magnificamente del estado y condicion del hombre y que afirmassen que tenia cierto paradero y fin, distinto del de todas las otras criaturas y señalado particularmente para el, en el qual seria bienaventurado. Y parecióles que no en balde y sin proposito el hombre andava tras esto. Porque en todas sus maneras da muestra de gran señor y parece nacido para grande poder. Lo que sabe es señal que podria saber mucho mas y descubre tener abilidad para muy mayor saber y que sobre todo tiene grandes señas de inmortalidad; de donde se puede claramente colegir aver estado de bienaventurança dedicado para el, si no lo pierde por errar el camino. Este argumento que, ellos hizieron no iva muy desatinado si la falta de la verdadera luz no les estorvara el camino y les pusiera grande diversidad de juizios, grande confusion e incertidumbre para passar adelante. De donde nació que unos dixessen que no se podia hallar en este mundo esta bienaventurança y fin del hombre y que otros dixessen que si. De estos, unos afirmaron que estava en saber mucho y que, llegando a este estado, luego el hombre estaria contento, segun el contentamiento de esta bienaventurança. Otros lo pusieron en grandes deleites. Otros afirmaron depender de otros fines. Y assi desvarió cada uno por su camino. Esta diversidad de opiniones nació de la diversidad de las codicias humanas. Porque aunque son muchas y todas combatan a todos, unas reinan en unos mas que en otros. El que era muy codicioso del saber encareció su apetito, parecióle que esta era la cosa mas natural al hombre y que por aqui se caminava al estado en que su bienaventurança consistia. Los que eran mas aficionados a deleites que a otra cosa alguna creyeron que en la muchedumbre de estos estava el fin propio del hombre.

    Cosa seria muy larga proseguir tan grande multitud de desvarios como en este caso uvo -y los ay oy día-. Y aunque otra cosa no uviesse de donde se pudiesse conocer la corrupcion de la naturaleza del hombre y su grande ceguedad, bastava para descubrirla esta tan grande diversidad de codicias y de juizios en cosa tan importante a los mismos hombres. Porque a no tener ellos de herencia esta ceguedad no fueran tan desvariados y tan sin concordia sus apetitos, ni hiziera cada uno de ellos de su particular codicia general regla para el paradero y estado del hombre. Vengamos agora con todos estos en un concierto y concedamosles que todos aquellos sus desseos son pensamientos de hombre honrado, con que nos confiessen ellos que es grande locura pensar que se puede hallar en esta vida el cumplimiento de su codicia de la manera que ellos lo entienden. Y si esto no quieren dezir, digan quando y en qué manera podrá alcançar el codicioso de riquezas estado de bienaventurado en este mundo por camino y por razon de rico. Responda lo rnismo el de los deleites, acerca de los deleites de la tierra, y el del saber, acerca de la sabiduria de ella: como y por qué camino llegarán a alcançar tanto de esto y a tenerlo tan seguro y tan cierto, tan sin contradición y dessabrimiento, que los haga bienaventurados. No pueden responder a esto sino grandes y manifiestas locuras pues quieren henchir casa y vazio tan grande con cosas tan pequeñas y tan miserables. Pareceme que hazen estos lo mismo que los muy golosos, o los dolientes mal regidos que, teniendo muy grande desseo de comer alguna cosa, dizen que se contentarán con que les den un poquito de ello y no veen que es manifiesta locura pensar de satisfazer la hambre, que ellos dizen que es tan grande, con lo que la enciende y despierta mas. Assi hazen estos hombres que piensan que en este mundo han de poder hallar satisfacion y cumplimiento de sus desseos. Y aconteceles como al hombre que andando muy muerto de sed, gastasse su tiempo provando a bever de diversos vasos, dexando uno y tomando otro, y en ninguno de ellos uviesse con que satisfazer a la sed; y el que tuviesse aquel liquor, con que se avia de remediar, estuviesse en parte donde no alcançasse ni atinasse su vista. Este tal hombre andaria perdido si algun otro no le avisasse y adestrasse adonde estava su verdadero remedio y la cordura seria buscar guia que lo llevasse a el. Tan loco y mas loco que este es el que por experiencia conoce y no puede dexar de conocer la miseria y escasseza de las cosas de este mundo, y no se alexa y sale de el, y se haze estraño de sus vanidades buscando por otro camino muy apartado remedio para sus desseos y procurando luz para ver donde está, pidiendola a quien la tiene y le combida con ella, pues el es ciego para hallarla.

    Mucho me he detenido en esto porque mejor pudiessedes entender y estimar la merced que haze Dios al cristiano, dandole lumbre de su palabra y poniendole delante el camino por donde pueda seguir y llegar a la bienaventurança y estar tan cierto y seguro que la hallará, si el no se quiere apartar o bolver atras, que desde luego puede tener por cierto que es bienaventurado. La consumacion y cumplimiento de la bienaventurança en el cielo se da al justo. Mas es tan cierta la palabra de Dios que la promete, que el mismo llama bienaventurado al que la cree y la pone en obra. De manera que el que en la tierra alcançare a hazer la voluntad del señor esse tiene la bienaventurança de aca. Y descuidese de la del cielo porque nunca la niegan ni negarán al que tiene la primera, ni la dieron ni darán a quien no la tiene. Este tesoro tan grande de saber el secreto para atinar el hombre el camino por donde se acertará a contentar a Dios -y a tener cierta y segura la bienaventurança que su palabra promete- descubre el profeta David en el salmo presente.

    Bienaventurado aquel varon que no anduvo en el consejo de los malvados, ni estuvo en la carrera de los pecadores, ni se assentó en la catedra de la pestilencia. La primera palabra es bienaventurança. Donde no parece sino que el profeta mañosamente començó por aqui para poner en los hombres grande atencion y despertarles codicia de entender lo que ha de dezir adelante, con ponerles en la delantera bienaventurança, como quien dize: Hombre, entendido te tengo, tus mismas miserias descubren tu necessidad, tu ceguedad dize la lumbre que has menester, tu desassossiego el reposo que te conviene aunque tu no aciertes a demandarlo. Yo te quiero salir al camino y avisarte de lo mismo que quieres, combidarte con mas de lo que sabes pedir, enseñarte donde hallarás junto y cierto lo que andas a buscar derramado e incierto. Tu codicias ser bienaventurado y ni entiendes lo que codicias, ni sabes adonde está ni como lo has de alcançar. Yo te descubriré en pocas palabras este secreto tan grande y te daré seguridad de ello. Bienaventurado aquel varon que no anduvo en el camino de los malvados, ni estuvo en la carrera de los pecadores, ni se assentó en la catedra de la pestilencia.

    Este vocablo bienaventurança en la lengua hebraica en que originalmente está escrito el salmo o, por mejor dezir, el que alla le corresponde, no tiene singular. No se puede dezir en aquella lengua bienaventurança, sino que por fuerça se ha de dezir bienaventuranças. La razon de esto dizen que es porque la bienaventurança es coleccion de muchas cosas. El hombre dessea ser bienaventurado con dessear remedio de toda manera de congoxa y abundancia de toda manera de bien. Y porque solo Dios basta a hazer al hombre de esta forma bienaventurado y en el se halla toda la multitud de los bienes y todo el destierro de males, viene a ser que el vocablo por donde esto se aya de significar sea vocablo de muchedumbre de bienaventuranças. Y assi no querrá dezir en este lugar otra cosa sino toda la multitud y toda la coleccion de los bienes que Dios tiene en el mundo criados y aparejados; y el solo los puede dar para que el hombre alcance su verdadero fin y contentamiento, los quales dize que son del hombre que no anduvo en el consejo de los malvados &.

    Dize señaladamente «Bienaventurado aquel varon» no porque solos los varones ayan de ser o sean los bienaventurados de esta manera, sino para significar con mayor evidencia la calidad de esta bienaventurança y la condicion y manera del que uviere de llegar a ella. Aunque es verdad que en la sagrada escritura -y en toda qualquiera otra manera de hablar- señalando en principales materias lo principal de un genero, es visto ser señalado todo. Como tenemos en el exemplo presente que diziendo «bienaventurado el varon», se entiende que bienaventurados los hombres y las mugeres en quien se hallaren las condiciones que el salmo dize. Esta es regla general y no es menester en estos tales lugares traer otras subtilezas que, allende de ser impropias, hazen poco al caso. Verdad es que en este presente lugar tiene una nota o señal de particular significacion que da a entender que no se trata en el de qualquier varon sino de varon extremado, señalando y avisando que para llegar a alcançar esta bienaventurança es menester que sea el que la busca varon muy de hecho y muy señalado entre los otros. Esta nota expressé yo diziendo «aquel varon» &. De esta forma de hablar ay muchos exemplos en la escritura, de llamar por excelencia varon al que lo es muy extremado. «Por ventura tu no eres varon» dezia David a Abner, reprehendiendole que siendo tan señalado capitan, avia puesto tan poca diligencia en guardar la persona del rey Saul (1 Reg. 26). Y hazer como varon es muy vulgada manera de dezir y assi amonesta san Pablo a los de Corinto (1 Cor. 16), que esten fuertes y se ayan varonilmente. De suerte que aqui esta particular significacion nos amonesta y enseña dos cosas. La una que conozcamos la grande excelencia de aquel que llegare a ser bienaventurado, cumpliendo las condiciones que el salmo para ello le pone. La otra la grande dificultad que ay para poner en efecto esto que se requiere para tal bienaventurança, quan varonilmente se ha de aver el hombre, quan grande diligencia y esfuerço ha de ser el suyo, quan generoso y quan aventajado animo ha de tener para vencer estos inconvenientes y salir al fin con victoria. No tratemos al presente de esto porque en lo que se sigue se nos ofrecerá mucho de ello quando declararemos las condiciones y leyes de esta bienaventurança. Esto es lo que agora proseguiremos conforme a la letra del salmo.

    Hasta aqui en solas estas dos palabras «bienaventurado aquel varon» despertó el profeta grande atencion, encendió grande desseo en los coraçones de los hombres que andan en este mundo congoxados por alcançar estado de bienaventurança, de grande multitud de bienes y de cierta y firme seguridad de todos ellos, proponiendoles en el principio y dandoles a entender que quiere enseñar el camino de la felicidad y estado que ellos dessean. Avisó tambien quien serán aquellos para quien se escrive esto, varones de grande dignidad y excelencia sobre todos los otros; de tanto animo de tan grande constancia en sus obras que puedan vencer todo aquello que les pudiere poner impedimento para llegar al fin de tan grande cosa. Agora es bien que oigamos este secreto, esta nueva doctrina que descubre a los hombres el camino para hallar tan grandes bienes, cosa tan desseada y tan buscada de todos y acertada de ninguno de los que han seguido la filosofia y han experimentado para ello todos los bienes y males que tiene el mundo.

    El profeta David descubre el secreto en pocas palabras. Aquel será bienaventurado, aquel alcançará todos los bienes que puede acertar a dessear el coraçon del hombre que no fuere loco. Aquel recibirá mas que su coraçon sabrá dessear y será señor de todos los bienes que Dios tiene derramados en el cielo y en la tierra. Aquel será varon y principe entre todos los otros hombres que no anduviere en el consejo de los malos, ni estuviere en la carrera de los pecadores, ni se assentare en la catedra de la pestilencia. Mucho es lo que promete el profeta en prometer bienaventurança. Bien avisa el qué tal ha de ser el que uviere de competir por esta joya. Mas a lo menos no direis que es aceptador de personas, que señala camino que solamente lo puedan andar los sabios del mundo, solamente los poderosos y principes de el. Amigo, aqui no ay nada de esso. Essas tales excepciones serán por ventura propias de la bienaventurança de Aristoteles, o de otros semejantes soñadores y engañadores de gentes. Porque como ella es vana y fingida y que nunca se halló ni se hallará en el mundo, bien es que solamente la ofrezcan a hombres vanos y fingidos de fingida sabiduria y de fingido poder, la malaventura de los quales se verá en el otro mundo. Y en este se ha visto assaz de ella pues el mismo mundo es testigo que ningunos ha avido en el mas burlados de sus desseos, mas escarnecidos de lo que siguieron, que los sabios y poderosos de el y los estimados por tales. Aqui enseñamos camino que para saberlo andar no es menester que se cansen los hombres buscando sabiduria de carne ni cosas inventadas por humanos ingenios. El que menos confiare en esto, esse es el mas abil para esta ciencia. A pobres y poderosos llamamos y assaz de poderoso es el pobre para la conquista de esta provincia, con solo que traiga verdadero desseo y verdadera obediencia. Y los ricos y satrapas del mundo no pueden para esto mas que los mas desechados de el, antes es necessaria cosa que echen de su coraçon la vana imaginacion de su poder, que el sabio se torne ignorante, el rico se haga pobre, para poder tener parte en la verdadera felicidad.

    Las condiciones de nuestro bienaventurado muy otras son que las que imaginaron los filosofos del mundo y mucho mas breves y con menos rodeo: no andar en el consejo de los malos &. Esta es la mas ordinaria manera por donde suele enseñar la divina escritura: poner primero los mandamientos negativos que los afirmativos, avisar de lo que no se deve de hazer antes que declare lo que se deve hazer. Es este modo de doctrina muy mas facil de entender y muy mas propia para el hombre por respecto de su malicia `y de su ceguedad. Mas facilmente acierta el a entender como hazer mal que la manera que ha de tener para hazer bien. Esto procede de la experiencia que tiene en su coraçon, la qual mucho primero le dio aviso y señal del mal que del bien. De manera que hablarle de como hizo mal y de las condiciones del mal, es darle nuevas de cosa a el muy familiar y muy conocida; y hablarle del bien es tratar de cosa de lexos y que solamente la conoce por oidas. Procede esto, como comencé a dezir, de la malicia del hombre a la qual naturalmente se inclina. El sentido y el pensamiento del coraçon del hombre inclinados son a mal desde su principio dize el señor en la divina escritura (Gen. 6) y este es el testimonio que da de el el que lo crió y el que lo conoce. Assi que pues el primer fruto y lo que primero comiença a nacer del coraçon del hombre son ruines movimientos, queda claro que su primera experiencia y su primero gusto será del mal, como de cosa propia suya. Y que la mas cierta manera de enseñarlo será començando por lo que el mejor entiende y poniendole por testigo a su mismo coraçon. Y quando le ayan desarraigado el mal procurar de plantarle el bien y darle aviso de las obras a que es obligado, ya que su misma conciencia condena las que primero hazia y la maldad de su coraçon. Apartate del mal y haz bien, dize en otra parte nuestro profeta (Salmo 33) y esta misma orden de doctrina sigue aqui, proponiendo al principio aquello de que se deve de apartar el hombre y despues lo que deve de seguir para ser bienaventurado.

    La primera condicion que pide es no andar en el consejo de los malvados. Y habla de como cosa ya passada: «que no anduvo» para darnos a entender la constancia y la perpetuidad de la obra. Porque aqui avemos de imaginar que tenemos en juizio al hombre y que le tomamos la cuenta de sus pensamientos y obras y se la pedimos por las condiciones de la bienaventurança, pues el dize que dessea y quiere ser bienaventurado. Para esto menester es que diga: no anduve en el consejo de los malos. Y por esta manera de hablar no querernos dezir que sea de por fuerça nunca aver pecado el hombre, pues que avernos declarado quan ruines son sus principios, sino que sea ya aquel pecado deshecho. Que sea como si no uviesse sido, que ya aya firmeza, determinacion y constancia de no andar mas por aquel camino. Esto es lo que aqui significa aquel hablar de tiempo passado, aquel dezir «no anduvo, no estuvo, no se assentó». Andar en consejo de malos, andar en camino de pecadores, modos de hablar son de la lengua hebraica que por lo que aca diriamos «cometer pecado, ser participe y compañero de pecadores, seguirlos e imitarlos», dize ella: andar en camino de pecado y andar en camino o en carrera de pecadores.

    En lo qual ella denota la mas mala propiedad que el pecador tiene -y la mas peligrosa- que es la costumbre, porque andar camino es cosa larga. De donde entenderemos que assi como el andar camino o seguir alguna carrera es cosa de muchos passos, duradera y de proposito y determinacion de quien la sigue, assi el principal mal del pecado y el mayor daño del pecador es la determinacion del coraçon para la maldad, el durar y detenerse en ella, el olvidarse de la ofensa y traicion que comete, el acostumbrarse y tomar amistad y compañia con tan grande mal. Del que alguna vez por desastre cae y en conociendo su perdicion luego llora su pecado y pide misericordia al señor que ofendió, confessando quan grande ha sido su maldad y desagradecimiento, y sale de alli avisado para nunca mas verse en peligro de perder tan grande bien y caer en tanto mal, de este tal ni se maravilla ni da malas

nuevas la escritura divina. Antes dize que el señor conoce la flaqueza de nuestra composicion y hechura (Salmo 102), la ruin inclinacion de nuestra carne, la grande diligencia y poder del demonio. Y movido de misericordia despierta al mismo pecador para que entienda su desventura, para que la llore y pida perdon. Y el le sale al camino para darselo, para recibirle amigablemente y para fortalecerlo y guardarlo mas en todo lo de adelante. Tales fueron los pecados de muchos de los patriarcas y profetas y de otros grandes amigos de Dios, y tales fueron sus penitencias, para que conozcamos nosotros que si tuvieron flaqueza para caer como nosotros tenemos, no tuvieron malicia como la nuestra para el menospre cio y perseverancia de su pecado. Mas aquel tal pecador que cada dia va tomando mayor cevo y mayor contentamiento de su maldad y descuidandose mas en ella este es el que anda camino y el que es tan reprehendido y tan mal tratado en la escritura sagrada y que con grande dificultad se aparta de su mala vida. Assi vemos que responde el señor por Jeremias a su pueblo de Israel que andava tan a rienda suelta por el camino de sus pecados: Si dixeres en tu coraçon: ¿Por qué me han venido tan grandes males? sabe que por la grandeza de tu mal he permitido tus grandes afrentas. ¿Por ventura mudará el negro de Etiopia su piel y el pardo las colores y variedades de la suya? Pues assi vosotros podreis hazer bien despues que os enseñastes a la maldad (Jer. 13).

    Dexemos agora esto que despues verná su tiempo y propio lugar en que lo tratemos. Prosigamos la declaracion del verso diziendo quien son aquellos que andan en el consejo de los malvados para que, avisados de esto, procuremos de no ser de tan mala compañia, que es la primera condicion que se requiere para ser bienaventurado. Tres nombres estan en este verso que son malvados, pecadores, catedra de pestilencia o, como despues diremos, escarnidores, que es lo mismo. Acerca de los dos primeros se trabajan mucho los interpretes todos por hallar la propia diferencia que ay entre ellos, quales son propiamente los malvados, quales propiamentes los pecadores. Los que yo romancé malvados dizen ellos en latin impios; de lo otro, manifiesto está que se ha de trasladar pecadores. Estos impios y malvados de quien aqui se haze mencion se llaman en hebraico, en este propio lugar, reshaim, y de aqui nace la duda: ¿qué condicion y suerte de malos son estos reshaim? que de ser muy mala gente ninguna duda tenernos. No quiero en esto gastar mucho tiempo sino dezir en breves palabras lo que me parece que viene mas a proposito para este presente lugar. Digo que estos impios o, como yo digo en romance, malvados, propiamente son aquellos que tienen grande y poderosa maldad en su coraçon, la qual procuran de encubrir por la mejor manera que pueden y, aunque por ninguna via dexan de ponerla en obra, procuran en quanto es en si de no ser conocidos ni juzgados por tales. No digo yo que siempre sin excepcion alguna sea esta la significacion de este vocablo en toda la sagrada escritura, lo que digo es que en este lugar que agora tenemos entre las manos quiere dezir esto. De aqui es que la obra por donde lo señala y en lo que ellos principalmente entienden es consejo, que no es cosa de la plaça, sino que tiene alguna cobertura y algun secreto.

    Por nuestros pecados assaz de poblado está el mundo de aquestos nuestros malvados, los quales todos participan de cierta especie de hipocresia, porque siempre tienen cuidado que sus cosas vayan guiadas de tal manera que no las acabe de conocer el mundo del todo, sino que les quede a ellos algun color con que puedan dissimularlas o darles alguna excusa. ¡Quantos de estos tales se hallarian y quan a cada passo! ¡quantos avarientos malvados, quantos homicidas malvados, quantos tiranos, quantos juezes y oficiales de la republica, quantos de los de la iglesia, quantos robadores, quantos adulteros, quantos engañadores del mundo! Y como de tan grande muchedumbre y como de peligro tan cierto y tan a la mano y significando particularmente la grande multitud, dize nuestro salmo que bienaventurado el varon que no anduvo en el consejo de ellos. Su propiedad es consejo y engaño y procurar en todas sus obras y palabras, encoberturas y minas, los quales, dizc el profeta en otro salmo (27), hablan bien y paz con su proximo y tienen la maldad en el coraçon. Y el profeta Jeremias los describe bien a la clara notando su muchedumbre, sus condiciones y obras. Quien alcançasse, dize el profeta, que estuviesse mi casa en un desierto como venta de caminantes, huiria de mi pueblo y alexarme ia de el, pues que todos generalmente son adulteros y compañia de prevaricadores. Extienden su lengua como arco mentiroso, prevalecen en la tierra no siguiendo la verdad, porque andan de un mal en otro y no me han conocido. Todo hombre se guarde de su proximo y no confie en su hermano, porque todos arman traicion y todos andan con engaño y mentira (Jer. 9). Y en otro salmo: Aguzaron como cuchillo su lengua, armaron su arco como cosa amarga, para tirar en secreto saetas contra el innocente. Assaeteanlo sin temor, fortalecense en su maldad, consultan como esconderán lazos, diziendo que nadie los alcançará a ver (Salmo 63).

    Y porque un solo malvado no alcança para estos efectos tantas fuerças como el querria, su maña es tener compañeros y participes en la traicion para que mas facilmente la pueda poner en obra y gozar del fruto de ella. Nunca el malo con el malo tiene verdadera amistad porque como el fin de cada uno de ellos sea su propio interesse, no querria, si pudiesse ser, tener compañero en el. La necessidad es la que junta a los unos con los otros y esta es la que los conserva en su fingida concordia. Por la misma razón que se aman, por la misma se aborrecen. Encubrense entre si mismos por no ser todos descubiertos. Sufrense porque los sufra el mundo. Reparten los interesses porque no venga sobre todos el daño. Son tambien tan amigos de la maldad que muchas vezes por servirla y hazerle plazer, sin aventurar mas en ello, huelgan que aya muchos malos. Y tales generos ay de mal, tal manera de malvados y que tienen por tan señora la maldad de sus coraçones, que el interesse y ganancia de ella es el interesse y ganancia de ellos. Larga es esta provincia que avemos tomado y mucha gente comprehende, que por parte de consegeros que por parte de aconsejados. Unos dizen y otros creen, unos guian y otros siguen, unos avisan y otros consienten, unos mandan y otros son obedientes. Y de esta malaventura estan llenas las casas, los estados, y los coraçones de los que al juizio del mundo son mas bienaventurados. ¡Quantos son los que permanecen en las casas de los principes y señores del mundo y que alcançan grandes riquezas y tiranias, no por otro respecto ni por otra razon sino porque sirven de malos consejos, y de andar en camino del consejo de otros malos corno ellos! De cuya persuasion y consentimiento salen las leyes injustas, se permiten los agravios y las injusticias, porque ellos son los consegeros de ellas y por cuyo parecer son inventadas y favorecidas. En la casa del tirano por fuerça ha de aver muchos tiranos en cuyo consejo el ande. Y son tantos los participes de estos malos consejos, hallan tantos que sigan su mando y su parecer, y cuyo parecer ellos sigan, que está texido y travado el mundo de esta abominable red de malos consegeros y de malos consejos.

    No ha querido el uno la cosa, quando el que está cien leguas de allí la tiene entendida y puesta por obra. Tanto que siendo ellos los blasfemadores y afrentadores de la providencia divina, no ay cosa que mas semejante sea a la providencia divina. Pareceros ha loca comparacion y si estais atentos vereis que no ay cosa mas propia. Porque muchas vezes la cosa mas mala del mundo tiene sernejança con la mejor cosa de el, como vemos en las mentiras, que a las vezes tienen grande parecer de verdad, y corno tiene la hipocresia gran color e imitacion de la santidad. La mayor maravilla que la providencia divina nos pone, y la que mas espantó y aun desatinó a muchos de los sabios del mundo, es ver que governando las cosas del cielo y las que son de muy grande importancia y momento, juntamente deciende a governar las cosas mas baxas y mas olvidadas que ay en la tierra. De manera que el mismo cuidado y acuerdo que entiende en el movimiento del sol que fecunda y encamina la fertilidad de la tierra; el mismo que menea y sustenta los grandes imperios del mundo que los muda y los deshaze; esse mismo rige la policia de las hormigas; y deciende a la casa de la pobre vegezica y trata con sus gallinas y le cria los pollos chiquitos, se los mantiene y saca fruto de ellos, y no ay cosa tan menuda que se mueva sin su consejo. Pues de esta misma manera son los tiranos de quien tratamos que teniendo ellos su assiento alla en el cielo de la tierra y governando alli cosas grandes y exercitando tiranias de grande suerte, son tan proveidos y de tan grande cuidado que se baxan a entrar en la casilla de vuestros negocios que sois un pobrezillo hombre y estais dozientas leguas de alli.

    Vos pensavades que os tenia muy olvidado el mundo y viene la providencia, aunque no divina sino diabolica, y baxando de sus grandezas, entra en la cueva de vuestra miseria y alli os quita la capa y os haze el agravio y la injuria, os estorva lo que mereciades y os venia de derecho, haze que os sea preferido el indigno, justificado el que no avia de ser oido favorecido y adelantado el que trae daño al mundo, desechado el que trae el provecho, y como es cosa de providencia, vos estais tan turbado y tan necio que no lo entendeis. Trata con vos como duende que menea las cosas sin que podais saber quien. No ay cosa mas apartada de vuestra imaginación que pensar que el que entiende en tan grandes cosas decendiesse a poner su autoridad y a querer tambien proveer en el agugero de unas hormigas. Y a la verdad todo viene y es guiado por aquella providencia, Y si vos no lo entendeis es porque viene encaminado y efectuado por causas segundas, como en la providencia divina. De la manera que esta no ha menester sino mandar con su voluntad y luego la obedece el cielo, y al cielo obedece el aire, y al aire obedece el agua, y al agua obedece la tierra, y a la tierra los gusanitos que crian los pollos que diximos en casa de la vegezita, sin que ella entienda este concierto. Assi no es menester que haga mas un tirano de estos de dar aviso de su consejo, y luego se menea toda aquella machina de malos consegeros y de mal aconsejados, y de mano en mano viene a entrar en vuestro rincon, donde os quita la hazienda o el derecho, u os haze otra semejante obra, quedando vos muy atonito y muy espantado de quien menea aquel negocio y por donde se han encarninado vuestros agravios. Mas si vos fuessedes buen filosofo tomariades el rastro de ello y començando desde aquellos gusanicos, iriades de causa segunda en causa segunda, y tanto podriades filosofar que llegassedes a una causa primera de donde manó todo aquello y salió aquella influencia, a unJupiter, a un Mercurio o Saturno porque mas parecen a estos, de donde procedió vuestro desastre. Verdad es que si fuessedes novicio filosofo espantaros iades mucho que como era possible que providencia, empleada en tan grandes cosas, tuviesse memoria de vuestras nonadas que tan lexos estavan del cielo y pareceros ia que ni os conocian ni sabian si erades nacido en el mundo. Y en esto ultimo no os engañais porque para tales como vos, y tales cosas como son las vuestras, no es menester emplear tanta memoria. Basta menear los ojos corno la providencia divina para que toda la esfera del consejo de los malos obedezca, y se muevan entre si aquellas ruedas del reloj de la tirania, hasta venir a dar las martilladas en vuestra cabeça.

    Y es tan grande el poder de esta providencia que para rebolver todo esto a las vezes no es menester mas instrumento que un poquito de papel. No se pueden sustentar estas cosas con menos porque necessario es que el que da mal consejo y quiere que lo tomen, lo tome el quando se lo dieren. Esta es ley necessaria en la policia de los malvados que, por malo que les parezca el consejo, lo consientan y lo permitan -pues consintieron y permitieron los suyos- si no quiere que lo echen de la compañia y lo afrenten, reduziendole a la memoria lo que el suele aconsejar quando le va algo en ello. De manera que aunque son tiranos unos de otros, tambien son tiranizados unos de otros. Y prendas se tienen dadas entre si los malos compañeros, los malos superiores y los tiranos con los malos compañeros, para que oy por mi y mañana por ti y que, en diziendo y queriendo el uno, obedezca y quiera el otro.

    Este consejo de estos malvados es la fuente de los males del mundo. Y de este concierto, de cada uno pretender su interesse y despues callar a la maldad del otro, porque a su tiempo calle el otro a la suya, nacen y tienen origen las leyes injustas y tiranicas. Estos son los ministros de la avaricia, los inspiradores de la crueldad, los que sirven de malsines, los maestros de los vicios y de toda la destrucion del mundo. Unos toman un oficio y otros otro y algunos los toman todos.

    ¿Ay mas abominable consiliario que el lisongero? Pues de estos estan pobladas y llenas las casas de los grandes y aun tambien las de los pequeños. Y tiene tan canonizada el mundo esta malaventura suya -y tenida por tan grande bienaventurança- que desvergonçada mente dize que no puede bivir en el quien no anduviere por este camino. Sino que proveis a nunca dar mal consejo ni recibirlo y vereis como os sucede. ¡Malaventurado mundo, quanto mejor suerte es morir en ti que bivir con tal condicion! Y menester es estar aparejado para morir y ser desterrado de ti, quien conoce y entiende tus leyes pues por una parte, con quan malo eres, conoces el mal que hazes; y por otra eres tan malo, que conociendolo lo sufres y lo favoreces y dizes que no te puedes sustentar sin el. Está tan adelantado el favor del mal consejo que si alguno va con aviso de algún bien, de algun servicio de Dios, de alguna obra de virtud, le dan con la puerta en los ojos, y lo echan por mentecapto y perdido, pues emplea su memoria en tal cosa. Y si otro va con alguna nueva manera de tirania o nuevo artificio de semejante interesse es admitido y premiado, y dado que le conozcan -porque no ay quien, sepa mejor quien es el malo que el compañero de su consejo- no por esso dexan de pagarle su ruin aviso. Conocenle y tienenle por quien es por el consejo que traxo mas, como entienden que tambien el sabe quien son todos ellos pues lo tomaron, y el mas justificado y hipocrita lo aprovó con callar y no lo reprehendió, no lo osan echar de su compañia ni dexar de darle paga de su maldad. Bien veo que me derengo mucho y por esto será bien abreviar lo que resta de este consejo malvado. Y la suma será que tengais por averiguado que el es uno de los principales reyes y tiranos de la malicia del mundo.

    Si no uviesse consejo de malos, no avria tantas y tan perniciosas parcialidades corno veis que hay, no vandos tan desvergonçados y tan infames, no malsines tan rebolvedores y tan mañosos, no lisongeros tan engañadores, no hipocritas tan perjudiciales, no tanto escarnio de la verdad, no tanto favor de la mentira y traicion, no tan malas compañias, no tanta deshonestidad, no pleitos tan injustos, no supersticiones tan vanas, no conciencias con tanto engaño, no doctrinas tan perdidas; finalmente no tanta infamia ni tanta injuria del nombre cristiano. Entradose nos ha esta pestilencia no solo en las casas de los reyes y grandes señores, no solo en los ayuntamientos de las ciudades y cabildos de las iglesias, no solo en las congregaciones de personas religiosas, mas pocas casas ay tan desacompañadas y solas que el mal consejo no las rebuelva. Si no uviesse Achitofeles no avria malos Absalones que se ensoberveciessen y se rebelassen. Si no uviesse cueva de tales consultaciones no avria tales dissensiones en los que goviernan la republica tan en daño y tan en perjuizio de ella. ¿Quien, veamos, haze que el prelado eclesiastico elija del estiercol de la tierra a los que ha de poner por guia y por candela del mundo, sino el mal consejo una vez dado y otra vez recibido, y la obligacion que está ya hecha que quien lo da malo, lo tome malo?

    La raiz del mal consejo es el mal interesse. Quien assegura y trae a casa el mal interesse es el mal consejo. Donde vieredes el uno, tened por cierto que tambien está el otro. Quitadme esta mala compañia que yo me ofrezco a quitar luego la mayor parte de la fealdad y de la desverguença del mundo. A lo menos no andaria tan suelta ni tan deshazada como sabemos que anda por las calles y por las plaças, por las iglesias, por las religiones y por los altares de ellas. Quiero saber ¿quien sustenta compañia y liga de hombres tan abominables corno muchas vezes vemos, tan amigos y tan juntos, sino

el consejo que el uno da y el otro toma? Quiero tambien que me digais ¿de qué bive el letrado que tiene la puerta abierta para recibir indiferentemente qualquier pleito que le viniere, sino de dar mal consejo? ¿De donde procede tanta vana supersticion en que confian las gentes, sino de malos consejos? ¿De donde tan diferente persuasion, que los unos se quieran salvar por un Jesu Cristo, y los otros por otro, sino de malos consejos? ¿Donde halla el avariento camino para ser avariento y para morir en ello? ¿El cavallero para ser sobervio y loco, cristiano en el nombre y en la vida epicureo? ¿Y el otro para ser vindicativo, sino los malos consejos? ¿Quien engaña las intenciones simples y haze que buscando a Dios paren en casa de su enemigo, sino el hipocrita y burlador, vestido y dissimulado de falsa pelleja? ¿Quien daña a vuestros hijos y les pega tan grandes vicios sino los malos consejos de las malas compañias? ¿Quien pervierte el seso de la muger honesta, sino el consejo de la deshonesta? Bien creo que me avreis entendido en lo que pertenece al daño que nace del mal consejo y quan malvado es el hombre de quien nace mal consejo. Mas direis que: ¿Qué remedio? porque no se puede bivir de otra manera en el mundo.

    No tengo con que responderos sino con el mismo salmo: Bienaventurado aquel varon que no anduviere en el consejo de los malos. Bien entendia el profeta quan dificil cosa era esto, y por esso señaló que avia de ser varon y grande varon el que lo pusiesse en obra. Bien entendia el que la bienaventurança que busca el mundo nace por la mayor parte de las cosas que tienen origen del mal consejo. Y por esso propuso el contraria sentencia y afirmó que uno de los principales grados de la verdadera y cierta bienaventurança es nunca ser participe ni consentir en consejo de malvados. Pueblo mio, dize el señor (Esa. 3), los que te llaman bienaventurado essos son los que te engañan, essos son los que te dissipan y ciegan el camino por donde avias de acertar a la bienaventurança, y te abren y descubren otros que son de la malaventura. La principal traicion de que son acusados (Jer. 23) los falsos profetas es por aconsejar al pueblo caminos anchos de la ley, y lisongearlos y beatificarlos corno a hombres que la cumplian. De estos dize que procedió toda la maldad y perdicion de lo restante del pueblo. No os enseñamos aquí que el camino de la bienaventurança es muy espacioso y muy ancho. Antes os avisamos de lo contrario y os dezimos que lo que principalmente os conviene saber es que es muy angosto y estrecho, y corno por tal y tan trabajoso son pocos los que van por el. Lo uno y lo otro es doctrina de Cristo, nuestro redemptor, verdadero enseñador de la bienaventurança (Mat. 7).

    Quando el camino es estrecho y fragoso claro está lo que ha de hazer y pensar el que lo quisiere andar. Lo que ha de hazer es aparejarse y disponerse al trabajo. Lo que ha de pensar es que lo ha de andar muy solo porque quando el camino es trabajoso y angosto, cierta señal es que lo andan pocos. El principe que no quiere andar en consejo de malos, grande vigilancia es menester que tenga y que sea muy enemigo de mal consejo y de malos consegeros. Tal era el profeta David y assi ponia por obra la doctrina que nos enseña: Provadme, señor, y tentadme, examinad mis entrañas, mi boca y mi coraçon, porque la misericordia tengo delante mis ojos y segun vuestra verdad es mi trato y conversacion. No me detuve con los hombres vanos ni entraré con los que secretamente machinan malos consejos. Aborrecí la congregacion de los malignos, ni terné assiento con los malvados (Salmo 25). Y en otra parte, Misericordia y juizio cantaré; a ti, señor, será mi salmo. Andaré prudentemente y con aviso en la via sin manzilla hasta que, señor, vengais a mi. Conversaré en medio de mi casa en la innocencia de mi coraçon. No sufriré delante mis ojos cosa malvada que ponga en obra; aborrecí

las prevaricaciones y no consentiré que se alleguen a mi. El coraçon perverso vaya lexos de mi compañia; al malo no lo conoceré. Destruiré al que detracta de su proximo en secreto; no sufriré al de ojos levantados ni al hinchado de coraçon. Mis ojos estarán siempre puestos sobre los que son fieles en la tierra para que se assienten conmigo; el que conversa y anda en camino perfecto, aquel será mi ministro. No morará en medio de mi casa ni durará delante mis ojos el que urde engaño y habla mentira. De muy grande mañana perseguiré todos los malvados que estan en la tierra, para desterrar de la ciudad del señor todos los que obran maldad (Salmo 100).

    No piense nadie que puede escapar de consejo de malos ni de camino de pecadores si no trae grande vigilancia sobre si mismo de no caer en sus lazos, segun la multitud que de ellos ay en la tierra. Y como de tan gran peligro, tan cierto y tan a la mano, deve de andar tan avisado el cristiano que ordinariamente ruegue a Dios que le libre de el como de cosa que excede a la prudencia y fuerças humanas, y assi lo ruega y pide nuestro profeta en muchos lugares: No me junteis, señor, con los pecadores, y con los que obran maldad, que hablan paz con el proximo y tienen en sus coraçones escondida la traicion (Salmo 27). Y en otro salmo (140): Castigueme y reprehendame el justo con proposito y fin de misericordia y no unte mi cabeça el azeite del pecador. Azeite llama al consejo de los malos porque por la mayor parte viene dissimulado con blandura, y con no descubrir del todo la maldad para que combida. Grande es el regalo con que esta maldad procura de traer a si los coraçones de los otros. Grande y poderosa es su persuasion porque combida con la codicia a que el mundo es mas inclinado, y con las cosas que mas estima. Hijo mio, dize el sabio, si te incitaren los pecadores, no consientas; si dixeren: Anda con nosotros y haremos assechança y esconderemosnos contra el que no tiene culpa. Tragarlo hemos bivo como el sepulcro y entero como al que deciende en la huessa. Hallaremos toda su riqueza y henchiremos nuestras casas de despojo. Pon tu trato con nosotros; tengamos una compañia y sea comun la ganancia. Hijo mio, no entres con ellos en tal camino, aparta de sus carreras tus pies (Prov. l).

    De estos tales combites y ofrecimientos -unos mas claros y otros mas escuros- está siempre lleno el mundo. De estos tales consejos de malvados y de estas carreras de pecadores está llena la vida y trato que tiene; y no se puede escapar de ellos sin gran vigilancia y cuidado y sin bivir el hombre como en una soledad, aunque biva en medio del mundo. No ay que confiar en amistad de la tierra, no en propinquidad de sangre, no en hermano, no en padre ni madre, no la muger del marido ni el marido de la muger. Porque tan cierto está de estos el mal consejo y el mal camino como de todos los otros. Si començais por los estados altos, por las casas de mas suerte, y decendeis hasta las de los pobres pastores, en lo sacro y en lo profano, todo está corrompido de mal consejo o de dado o de tomado. No seria tan ordinario el darlo si no fuesse tan ordinario el tomarlo; ni el tomarlo si no fuesse el darlo. ¡Quantas tiranias y malos fueros se alcançan y se introduzen por mal consejo, y se sustenta por el! Meta la mano cada uno en su seno y acuerdese de sus parientes y de sus amigos, de sus valedores y que mas lo querian -segun el querer del mundo- y verá quantos consejos le han dado malos, quan reprehendido avrá sido, quan vituperado y desamparado porque no los siguió. Quantos tambien le avrán pedido mal consejo y favores para el, debaxo de color de bueno, y lo avrán dexado porque no lo dio.

    Poco es lo que avemos dicho. De si mismo es menester que se guarde el hombre, porque dentro de su coraçon tiene consejo malvado y camino de pecador. Quando oye esta doctrina que bienaventurado el hombre que no anda en consejo de malvados, ni está en carrera de pecadores, lo primero que ha de hazer es mirar su coraçon. Porque alli hallará mucha inclinacion de ruin consejo, muchas obras que avrá efectuado y las avrá puesto en ruin camino con dar muy mal exemplo a su hermano. Hallará tanta miseria y flaqueza, que entenderá quan grande es la necessidad que tiene de guardarse de si mismo como de enemigo propio, del mal consegero y de mal exemplo para consigo. Mucho se engaña el que piensa que se puede guardar de los otros no guardandose de si. Sobre lo uno y sobre lo otro ha de velar su cuidado, si de verdad tiene desseo de la bienaventurança.

    Mal consegero es el avaricia, y grandes colores busca para justificar su intencion y sus obras, y para de tal manera engañar al hombre que el mismo se persuada que no es engañado. No es menos peligroso el consejo de la sobervia pues lo primero que haze es cegar los ojos de aquel a quien da consejo para que no pueda ver los engaños, los vanos y locos fundamentos en que quiere afirmar los edificios que piensa y en su coraçon imagina. La ira y desseo de vengança ¡qué de consejos han dado en el mundo con que han engañado y traido a grandes perdiciones a muchos de los que alcançaron muy gran parte de la sabiduria del mundo! Los torpes y locos deleites y todo aquello que en este mundo da breve y engañoso contentamiento ¡quantas locuras persuaden con sus malos consejos! Pues de tal manera encantan el juizio de los que no andan desvelados para guardarse de ellos que les hazen que no miren la manifiesta amargura que alli está mezclada, y el paradero y posada tan triste donde va a tener su fin aquel camino que sigue. Larga cosa seria proseguir los grandes daños que se recrecen del consejo de la ambicion y de todos los otros secretos enemigos que nuestra misma carne y en nuestra misma casa tiene encubiertos. De los quales no se escapan los que el mundo tiene por muy sabios y muy prudentes. Antes estos mismos son los engañados y engañadores con estos tales consejos. Y de tal manera son muchas vezes engañados que con toda su sabiduria juzgan la muerte por vida, lo que es amargo por cosa muy dulce, la tiniebla por luz, los despeñaderos por camino llano, el infierno por cielo. Y a tan grande extremo llega su locura y su engaño que, creyendo y jurando que van al mejor de estos lugares, van a parar a rienda suelta en el otro.

    Este es el mayor castigo que Dios da a los malos y señaladamente lo da a este genero de malos. En pena de aquella tan grande porfia que han tenido, de querer contentarse con la mentira y quererle dar color de verdad, y trabajar tanto porque de mentira fuesse verdad, permite el señor que vengan

a reprobo sentido con que crean a la mentira y no halle assiento en ellos el conocimiento y juizio de la verdad. Solamente se libran de estos peligros los que no solo biven recatados del mal consejo de su mal proximo, mas velan sobre su coraçon para no ser engañados de el, hazen negacion de si mismos,

procuran verdadera mortificacion de su carne, de sus apetitos y sus desseos, resinan todo su saber en el aviso y consejo de la palabra de Dios. Y de esta manera alcançan la primera condicion de la bienaventurança, porque por otro camino es impossible.

    Siguese la otra condicion que se requiere para ser bienaventurado. Esta es no estar, no pararse en la carrera de los pecadores. Primero dixo no andar; agora dize no estar. Es de ver qué diferencia es esta entre la primera y la segunda condicion, la qual será facilmente entendida si consideraredes dos vocablos que en esta segunda estan puestos; estos son: pecadores y pararse. Primero dixo malvados. Agora dize pecadores. Aculla dixo andar. Aqui dize estar o pararse, que es todo uno. Acerca de esto digo que assi como en la primera condicion usó el profeta de aquel vocablo malvados segun una particular significacion por donde entendia y señalava a aquellos que tienen grande maldad en su coraçon, mas procuran de encubrirla y colorarla con alguna hipocresia, assi usa agora de este vocablo pecadores segun otra particular significacion, denotando los hombres que públicamente son malos y que no tienen verguença de ser tenidos por tales.

    Que este vocablo pecadores tenga algunas vezes esta particular significación hallamoslo claramente en muchos lugares del evangelio. Donde la muger pecadora tiene señaladamente este nombre, por el qual se da a entender ser sabido y publico su pecado. Pecadora es, dixo el fariseo (Luc. 7). Y acusavan a Cristo, nuestro redentor, que iva a comer con hombre pecador, quando se fue con Zacheo, principe de publicanos (Luc. 19). Y muchas vezes le reprehendian que recibia pecadores y tratava con ellos (Mat. 9 y 11. Marc. 2. Luc. 15). En todos estos lugares aveis de entender que aquellos tenian oficios publicamente infamados; porque de otra manera todos los hombres son pecadores y no avia porque señalar particularmente a nadie. Esta es la significacion de que aqui usa el profeta. Y assi vereis que a los primeros dio consejo corno a cosa mas secreta y oculta, y a estos da camino y carrera, como cosa publica. De los primeros dixo andar, de los segundos dize estar o pararse, porque del que anda y passa adelante no se puede tener tan cierta y tan ordinaria noticia como del que está parado. De todo esto entendereis lo que he dicho: que assi como los primeros eran malos y en quanto sus fuerças podian se dissimulavan y eran hipocritas, y guiavan sus negocios por minas y por traiciones, quedandoles todavia un color con que venderse delante los hombres por buenos, assi los segundos son los que tan desenfrenadamente codician sus intereses que posponen toda la infamia que de ellos se les puede seguir y quieren mas ser conocidos por quien son que sufrir diminucion en lo que sus apetitos dessean, ni poner punto de freno en ellos.

    De estos está el mundo si no tan poblado como de los primeros, a lo menos mas de lo que convenia a la gloria de Dios y al provecho de los hombres. ¡Quantos vereis tan atrevida y tan desvergonçadamente malos que porque los entendais o no los entendais, conozcais o no conozcais quien son, no se dan dos maravedis, ni dexarán de llegar al cabo lo que quiere su malicia! El pecador, dize Salomon, quando llega al profundo de los pecados llega tambien a menospreciar (Prov. 18). Primero menospreciava el juizio de Dios dentro de su coraçon; despues llega a menospreciar publicarnente el de los hombres. Grande poder es este de Satanas en los coraçones de los suyos pues a tal estado los llega, que de cosa tan afrentada como es el pecado ninguna afrenta reciban ellos. Antes ay muchos que encaminan por aqui su honra y se glorian en los ojos de los hombres de ser quien son y de ser estimados por tales. En este numero entran muchos que con su rostro y con sus palabras y obras os dan a entender que es menester no desagradarlos en solo un punto, ni poner estorvo en sus maldades, si no quereis pagarselo muy bien pagado. Y que para esto no es menester ocasion, ni es menester color de justicia de su parte, ni de la vuestra de culpa. Basta que ellos quieren y pueden trataros como quisieren y assi lo harán y se quedarán alabando de ello.

    A estos pinta el profeta en otro salmo y dize sus condiciones, para que los podais conocer y saber quales son sus obras: ¿Por qué te glorias en la maldad, o poderoso? ¿Por qué te precias tanto de poder ser malo, de tener facultad y desverguença para ello? Nunca piensa tu lengua sino maldades; como navaja aguda eres para los engaños. Amaste la maldad y preciastete mas de ella que de ser bueno, y de hablar mentira y traicion mas que justicia y verdad (Salmo 51). Si uviesse justicia en la tierra -digo de la justicia humana y de la que pide la razon a los hombres- no avria tantos de estos como ay, porque ya que se dilata el castigo del cielo, refrenarialos la de la tierra. Mas por nuestros grandes pecados ordinariamente vemos que estos de quien hablamos son exemptos y favorecidos, y menospreciadores de la misma justicia que a las vezes los favorece o los dissimula, y tambien los teme ella. Grande miseria y abominacion que de tal manera reine el pecado en el mundo; que aquello que los hombres mas suelen temer y estimar quando menosprecian a Dios -que es el juizio de los otros hombres- venga a ser juntamente menospreciado con el de Dios para que ni respecto del cielo, ni respecto de la tierra siquiera, encubra nuestra maldad. Y quien tan desacatadamente, con tanto atrevimiento y menosprecio es tan malo delante de los hombres que se contenta y se gloria de ello, creedrne que quasi da a entender que no cree de verdad que ay justicia de Dios ni que ay providencia suya.

    Y este escandalo causan los tales en el mundo, segun el mismo profeta lo testifica, quando dize lo que estos piensan y lo que causan que piensen de ellos: Dixo la maldad del malo, y haze que assi de el se juzgue, que no ay respecto ni temor de Dios delante sus ojos porque el mismo se regala y se lisongea y anda contento de si, hasta que llegue su maldad a ser cosa de abominacion. Las palabras de su boca son maldades llenas de engaño y traicion; menospreció la ciencia de bien obrar. Maldad imagina en su cama, a todos malos caminos sale y a ningun mal haze mal rostro. Señor, en el cielo está vuestra misericordia y hasta alla llega vuestra verdad. Vuestra justicia como montes altos y rnagnificos; vuestros juizios hondura grande; y a todo dareis remedio (Salmo 35). Estas son palabras del profeta en que apela para la justicia divina de lo que permite la humana; y declara quan engañados biven estos malaventurados en pensar que, como no ay remedio en la tierra para castigar sus maldades, tampoco lo ha de aver en el cielo. De estos y de semejantes a estos se entienden las palabras del verso quando avisa que el hombre que quiere ser bienaventurado es menester que no se pare en la carrera de los pecadores.

    El que está parado en algun camino, dos cosas haze: la primera es que está publico para ser visto y conocido de todos; la segunda, que está aparejado para irse con los que van por aquel camino y seguir tras ellos. De la qual imitacion y compañia amonesta aqui el profeta que nos guardemos. Y por este mismo camino en otro salmo reprehende a los que lo hazen: Si veias al ladron, corrias con el, y entravas en compañia con el adultero (Salmo 49). En este segundo genero de malos se añade nuevo quilate de maldad sobre la primera. Porque, como comencé a dezir, en lugar de consejo que es cosa secreta, se pone camino que es cosa publica; y en lugar de andar se pone estar que tambien es cosa publica y de mas perseverancia y firmeza. Y aunque la maldad de los primeros es grande porque menosprecia el juizio de Dios, añaden estos segundos nueva circunstancia de menospreciar juntamente el juizio de los hombres. En la divina escritura está mucho encarecida esta desverguença y soltura y de ella trata el profeta Esaias (3), ponderando la maldad de los hijos de Israel. «Su rostro», dize, «responderá por ellos» y descubrirá quien son. Tan grande, quiere dezir, es su desverguença que en su gesto conocereis el menosprecio que tienen de la virtud y el contentamiento de su maldad. «A la manera de los de Sodoma pregonaron su pecado, y no tuvieron a lo menos respecto de encubrirlo» de los otros hombres. Y por Jeremias reprehendiendo el señor a su pueblo dize (3): Rostro de muger del mundo se te ha tornado que ninguna verguença tienes de tus pecados. Aqui da ocasion Jeremias para que podais considerar la desverguença del mundo y quan justamente tenemos provocada la ira de Dios contra nosotros.

    ¿En qué republica de gentiles se sufriria lo que es favorecido en la nuestra? ¡que aya en las publicas calles y plaças, y al derredor de los templos sagrados, publicas casas de deshonestidad, publicas personas de ella, que con todas las muestras, con todo el estudio y diligencia que pueden, den a entender el oficio de que biven; se contenten y precien tanto de el que se desvelen para dar noticia de lo que son, a chicos y a grandes, a locos y a cuerdos y a todos los que lo quisieren y no quisieren saber! ¡Y que aya tanta soltura en cosas de estas o que parecen a estas; que se topen tras cada passo en los pueblos de los que tienen nombre de cristianos, hasta en los templos y oficios divinos, trages, platicas y muestras de unos con otros o, por mejor dezir, de unas con otras, de que no se puede colegir otra cosa sino manifiesta vanidad y mas que vanidad sin ninguna verguença de quien lo entiende, antes holgando y rogando que lo entiendan y que lo vean! ¿Qué otra cosa, veamos, es estar parado en camino de pecadores? Parado está en este camino todo aquel que bive vida escandalosa; que por mala compañia, mal trato o conversacion da ocasion de juizios y de escandalos en los coraçones y lenguas de sus proximos. Y no ay con qué se pueda excusar pues se pone y se para en camino donde sea juzgado de todos, y se dé causa que lo tengan por tan menospreciador de los que lo veen o juzgan que no se le dé nada de estar en aquel camino. Prolixa cuenta seria traer aqui todos aquellos a quien alcança esto de estar en camino de pecadores, porque son todos aquellos a quien tienen tan vencidos sus passiones e interesses que menosprecian ser vistos y hallados en tal camino. Los avarientos de la primera condicion adquirian por mañas y por engaños y negociando por debaxo de la tierra; los de la segunda condicion son publicamente logreros y robadores. Los primeros tiranos eran cautelosos, los segundos desvergonçados. Los homicidas matavan en los coraçones y por lazos y caminos secretos; estotros precianse publicamente de sus venganças. Los adulteros de alli eran de noche y a sus solas, los de aca son publico escandalo de su ruin vida. Bienaventurado el que ni es de los unos ni es de los otros; que ni se halla en consejo, ni sigue el parecer de malvados, ni lo toparán jamas en publico camino de pecadores.

    Dicho avemos de las dos primeras condiciones harto breve para lo que se podia dezir y era menester dezir, aunque demasiadamente de largo para el espacio del tiempo y paciencia de los oyentes. Resta agora que digamos de la tercera, la qual es: no assentarse en la silla de la pestilencia. El interprete aqui trasladó avisadamente mas la fuerça de la sentencia que el rigor de la palabra. En el original hebraico está silla o assiento de escarnidores. El interpretó catedra o assiento de pestilencia -y con muy grande razon- porque ninguna pestilencia se puede igualar con los coraçones de los pecadores de que aqui se haze mencion y con el daño que al mundo hazen. Y no solo los setenta trasladaron de esta manera significando por este vocablo pestilencia el vicio y maldad de los escarnidores, mas lo mismo hallamos que hizo san Hieronimo en muchos lugares. A este ultimo genero de malos atribuye el profeta estar assentados, porque propio es de los escarnidores juntarse en compañia unos con otros y tomar assiento en lugares de donde puedan ver y juzgar la vida y obras de sus hermanos y hazer de todo burla y escarnio, gastando en ello su tiempo y teniendolo por su principal contentamiento y felicidad.

    Assi dize en otra parte (Salmo 68) el profeta, en nombre de Cristo nuestro redemptor: «De mi consejavan y burlavan los que se assentavan en la puerta», que quiere dezir lugar descubierto y publico, «y de mi dezian cantares y burlas los que bevian el vino». Donde se acaba de conocer quien son propiamente estos de quien nuestro salmo haze mencion que es la gente ociosa de muy mala ociosidad, que no tienen otro fin en este mundo sino buscar en el su plazer, de qualquiera manera que lo puedan alcançar, aunque sea muy a costa y muy en perjuizio de todos los otros. No es menester poneros para esto muchos exemplos. Lleno tenemos el mundo de estos tales vagabundos aunque muchos de ellos no parecen vagabundos. Como se suele dezir de la invidia que se mantiene de males agenos, y con esto engorda y anda contenta, assi nuestros escarnidores tienen por principal exercicio invidiar y aojar los bienes y vidas de sus proximos, interpretarlo y traerlo todo a burla y escarnio y sacar de aqui grande contentamiento y plazer. Muchos de ellos despues de aver passado por los dos primeros generos de quien arriba se ha hecho mencion, vienen a parar en este tercero. Y si en estos ay algunos que no tengan las obras de ellos, a lo menos ninguno ay que no tenga el animo y la condicion. Quien escarnece y quien burla del mal y bien de su compañero aparejado está para hazerle qualquier otro mal, si tuviere ocasion y oportunidad para ello. No deveis passar livianamente por la consideracion de estos pecadores y de sus obras, porque vereis que es mayor la muchedumbre de ellos de lo que pensais; mayor el pecado de lo que yo ni vosotros podemos encarecerlo. Y es tanta la miseria de nuestra vida que es tenido por genero de palacio y de passatiempo y el mas seguido exercicio que tiene el mundo.

    Los otros primeros, los malvados y los pecadores, parece que pretendian en sus obras algunos interesses y fines, aunque malos como ellos son; mas estos otros son tales que aunque no se les aya de recrecer otra cosa sino solo su passatiempo reciben grande plazer de inventar o de ver males agenos. Sus consejas y risa es aquello de que los otros lloran. Escarnecen de la pobreza agena, escarnecen de la riqueza; escarnecen de la afrenta y escarnecen de la honra; escarnecen de la tristeza y escarnecen del plazer; escarnecen de la muerte y escarnecen de la vida; hazen escarnio del vicio y hazenlo de la virtud. Si a su eleccion se dexasse mas querrian ellos ver en las casas agenas males y desventuras que virtud y contentamiento; mas quando no pueden mas, todo lo tratan de una manera, lo prospero y lo adverso, lo bueno y lo no tal; todo lo interpretan a un fin. Bien creereis que los de estas tales costumbres ternán tal pestilencia y tal veneno en su coraçon -y assi lo vereis por obra- que para torcer las cosas a su burla y a su escarnio siempre añaden o quitan, y por maravilla son sus platicas sin mentira y sin falso testimonio.

    Poco es tratar de los hombres. Tambien escarnecen de las cosas sagradas y escarnecen del mismo Dios. Una de las principales partes de sus motes y de sus agudezas es esta. Ni se puede esperar otra cosa de quien halla en el pecado tanto gusto y tanto sabor no por mas de porque es pecado. Assi los pinta Salomon -que no es esto de mi cabeça- diziendo (Prov. 2) que es tanta la malicia de estos que se alegran quando han hecho el mal y sacan de sus perversidades nuevo genero de contentamiento por aver obrado perversidad. Y en otra parte dize que el loco de esta locura, que verdaderamente es locura de la mano del demonio, tiene por donaire el pecado y por cosa de burla (Prov. 14) y exercicio de plazer lo acomete y lo pone en efecto (Prov. 10). Esta es la ociosidad de que el mundo mas se precia que como maestra de muchos males, segun dize el Eclesiastico (33), viene a enseñar este ultimamente a sus dicipulos. Los quales estan tan contentos y tan satisfechos de su buen oficio, tan sin temor y reverencia de Dios, tan sin verguença y ley de los hombres que quasi los desampara la doctrina divina; y en cierta manera los desafiuzia, y como de hombres de quien con gran dificultad se puede esperar salud ni remedio, dize que aun para aconsejarlos no traten con ellos. No castigues al escarnidor, dize el sabio en los Proverbios (9), porque ningun provecho harás a el y a ti harás mucho daño. De grandes raizes de maldad necessaria cosa es que nazcan grandes y crecidos frutos de mal, como por la mayor parte vemos en estos escarnidores, que los mas de ellos son ramas crecidas de las raizes de los dos primeros generos de que avemos tratado, de malvados y de pecadores. Los padres que entienden en los dos primeros exercicios ordinariamente crian hijos que entienden en el postrero. Para esto les allegan las haziendas, y les edifican las casas para que tengan espacio de assentarse en la silla de los escarnidores, y desde alli hagan burla de todo lo que Dios haze, y de lo que haze el demonio. Y no solo entienden en esto los ricos mas tambien tienen por dicipulos de su buena doctrina a muchos pobres, que dexando de trabajar se mantienen de ser vagabundos y de coger rumores y nuevas y allegar leña para añadir en el fuego del escarnio de los otros.

    Quiero concluir con esto avisando solamente de dos cosas para entero entendimiento del verso. La primera es que por estos tres generos de pecados, y por el orden y palabras con que los puso, nos señala la manera con que los hombres llegan a ser ultimamente abominables y malos. Primero dixo: andar. Luego dixo: estar o parar. Ultimamente dixo: estar assentados. Primero hizo mencion de consejo; luego hizo mencion de camino; ultimamente de silla y de assiento. Este es el orden y regla por donde los pecadores van subiendo y creciendo en su maldad. Lo primero tienen la malicia en el coraçon; usan de ella como de consejo; tratanla en quanto les es possible secretamente; negocian con algunas tinieblas; procuran con todas sus fuerças que les quede libre y salvo algun color de hipocresia con que se puedan excusar y justificar delante los otros hombres. Mas quando por aqui no pueden ayer cumplimiento ni fin de sus interesses ay muchos que rompen el freno de esta cobertura, y menospreciada toda verguença, determinan de alcançar fin de sus apetitos, juzguen lo que quisieren los hombres, con tal que ellos tengan seguro poder y tirania para lo que quieren. El tercer grado a que suben es a desechar de si toda ley de humanidad y la inclinacion con que todos nacemos, y no solo no dolerse ni sentir las miserias y trabajos de los otros hombres, mas hallar plazer en ellos y añadirlos y crecerlos con sus donaires y con sus malicias y sutilezas. Escarnecen de los linages y baxa fortuna de los otros, escarnecen de la pobreza, de la persecucion y trabajo del pobre, de la injuria del afrentado, de la ignorancia del simple y no malvado como ellos, de la senzillez del bueno, de la fidelidad del leal, de la claridad del verdadero, de la poca ambicion del que no es avariento y entremetido, de la limosna del misericordioso, de la religion del cristiano, de la virtud y de quien la sigue, del recogimiento del bueno, de la oración de quien reza; finalmente no se puede hallar cosa buena, ni mala tampoco, no justa ni injusta, no felice ni infelice de quien en este corrillo de escarnidores no se trate y haga burla.

    Estan puestos en el ultimo lugar del verso como genero de pecadores mas perverso y mas malvado que todos. Porque si bien lo mirais, su principal profession es escarnecer de la providencia divina, es tener sobervia de la misma de Lucifer y peor si pudiesse ser peor. Ellos escarnecen de los estados en que Dios a cada uno ha puesto, de lo que su justicia y su misericordia permite, de la cruz que pone sobre los justos, de la pobreza y caminos por donde llama a muchos a penitencia, de los dones que reparte a los hombres. Atribuyense a si mismos y quierense persuadir que ellos estan aventajados y subidos sobre todos, que no son de aquella baxeza ni de aquella fortuna, no estan subgectos a aquellos casos, no a aquella pobreza e injurias, que no pueden tener en ellos parte la ignorancia, no especie ni manera de desastre y como seguros que pueda venir sobre ellos semejante cosa que sobre los otros rien del juizio de Dios; y assi biven en el mundo sin que veais en ellos señal de temerlo. Estos todos que son mas de los que pensais, -y meta cada uno la mano en su coraçon y mire no sea de ellos- no solo no son cristianos mas salen fuera de la condicion y naturaleza de hombres. Porque son sin ley y desalmados. Y no solo no conocen que son como los otros hombres, no solo no socorren a los trabajos y necessidades de los otros hombres, como la ley de hombres demanda, mas hazense idolos en la tierra, quieren en ella ser nuevos dioses exemptos a su parecer y seguros de adversidad. Escarnecen de los trabajos humanos, sacan de alli sus plazeres y su bienaventurança, añadenlos con sus obras, encarecenlos con sus mentiras, calumnianlos con sus subtilezas, levantanlos con sus testimonios. Y assentados en sus sillas, ayuntados en sus conversaciones, sin tener armas en las manos, sin ser de los homicidas que juzga el mundo exercitan en todo el linage humano el mas bravo genero de crueldad que ninguna bestia fiera es possible exercitar. Porque aquella solamente quitaria la vida y en esto ternia fin su fiereza. Estos quitan la honra, quitan la religion, quitan la verdad, acrecientan con sus escarnios las lagrimas y tristezas de los afligidos; y no perdonan a los muertos para que no traten de ellos de la misma forma que de los bivos; resucitan a los unos para lastimar a los otros. Los primeros que deziamos malvados recibian algun tormento en encubrir en quanto podian la malicia de su coraçon, andavan en malos consejos. Los segundos pecadores, aunque no passavan tanto trabajo, todavia estavan subjectos a grandes cosas y estavan en medio del camino combidando con su mal exemplo y con su mala perseverancia. Trabajo tenian los que andavan, trabajo los que estan parados. Mas estos postreros tienen sillas en que se assientan. Su maldad es su plazer y a faltarles esta les faltaria su recreacion toda. Sin ley son y sin humanidad. No solo blasfeman de Dios mas de la naturaleza tambien. Todo lo que puede ser juzgado de ellos lo posponen y dexan atras, solamente con que gozen de la suavidad de su escarnecer. Bienaventurado aquel varon que no se assentó en la silla de estos, ni fue de su compañia, ni tuvo su condicion. La otra cosa que dixe que convenia que entendiessedes es que

por estas tres acciones que avemos nombrado son entendidas todas las acciones del hombre. Porque si bien lo mirais, todo hombre ordinariamente o anda o está parado o está sentado. Por lo qual avemos de entender que nos enseña aqui el profeta que aquel varon será bienaventurado que ninguno de sus hechos tuviere malo, ni tuviere en el participacion ni compañia con malos. Que no tuviere maldad en el coraçon, ni exemplo en la mala obra, ni contentamiento en el pecado, ni menosprecio de la providencia divina ni del juizio de los hombres, ni del juizio de Dios que es lo último adonde sube la malicia del hombre, como avemos visto en la postrera especie de malos que son los que estan assentados en la silla de la pestilencia del escarnio y de la blasfemia. Y pues avemos tratado de la bienaventurança de la carne y avisado al hombre que se aparte de ella como de grande infelicidad y miseria, justo es que prosigamos la verdadera bienaventurança que Dios quiere que tengan los suyos. Comparado lo uno con lo otro se verá mas claramente la fealdad de aquello que parece tan bueno a los ojos de los locos hombres, y la hermosura y grandeza de lo que la palabra divina tiene prometido y assegurado a los que su consejo tornaren. Veráse quan engañosa y perecedera es la gloria y pompa del mundo; quan cierta y quan sin tener fin es la que el señor tiene aparejada para los que le sirven.