CON PREOCUPACION – DEBEMOS CONFIAR EN EL SENOR

SALMO 55:22 “Echa sobre el SEÑOR tu carga, y El te sustentará; El nunca permitirá que el justo sea sacudido.”

Podemos pasar mucho tiempo pensando en nosotros mismos. Queremos que las cosas nos salgan bien. Estamos obsesionados con la manera en que seremos afectados por decisiones o acontecimientos. Una cosa es tener una preocupación genuina y sana por cosas importantes como encontrar un buen empleo, sanar emocionalmente, organizarnos, lograr un lugar en el ministerio,  después de una relación rota, o cuidar un padre o una madre que están crónicamente enfermos. Pero otra muy distinta es estar llenos de ansiedades por cosas pequeñas que podrían causarnos un pequeño inconveniente o una molestia temporal.

Poco a poco podemos abrumarnos con los millones de cositas que probablemente no podamos cambiar de ninguna manera. Un escritor lo describió de la siguiente forma: «Nos cuidamos como si fuéramos nuestro hijo único.» Nos preocupamos, y nos preocupamos, y nos preocupamos, y sólo nos centramos en nosotros mismos. Para decirlo bruscamente, si estás pensando todo el tiempo en cómo luces o en lo que la gente podría pensar de ti, desde tu corte de pelo hasta tus zapatos, desde llegar a tiempo hasta dudar de todo lo que dices, te podrías llegar a enfermar. DIOS quiere que confiemos en ÉL, no que nos preocupemos por lo que podría pasar o por cosas pequeñas. Pero si debemos tener en cuenta cada detalle de nuestra vida para estar ordenados y entregarle cada área de nuestra vida y cada detalle a Dios y nuestro día a día.

Consideremos a una mujer llamada Judy. Judy tenía una verdadera preocupación que la perturbaba. Su único hermano tenía esclerosis múltiple. Se casó y tuvo dos hijos, pero a los 32 años, ya no podía trabajar. Llegó el momento en que había que trasladarlo a una institución especializada. La familia, exhausta de cuidarlo, estaba segura de que él se negaría. Judy había viajado en avión a la ciudad para ayudar, y se le dio la responsabilidad de decírselo.

No pudo dormir la noche anterior y bombardeó el cielo con sus oraciones. Cuando fue a hablar con su hermano sentía nudos en el estómago. Se sentó y respiró profundamente. Entonces el dijo con suavidad: «¿Sabes, Judy? Creo que ha llegado la hora de que me vaya a una institución. Me doy cuenta de que mi cuidado se ha hecho muy difícil para la familia.» Ella lloró de alivio. En su preocupación por sí misma y por sus sentimientos, nunca pensó que DIOS podía estar preparando a su hermano.

El cristiano de fe no depende de las circunstancias sino de su confianza en el Señor. La fe mira más allá de las circunstancias; la fe ve una salida más allá del oscuro túnel del dolor y la prueba. Solamente la fe es capaz de dejarnos dormir sin temor ni preocupaciones.

La fe se aferra a la seguridad de DIOS. La fe le toma la palabra a DIOS. Solamente la fe es capaz de vencer el temor. Recordemos algunos ejemplos en la Biblia: La fe de Daniel venció el temor a los leones; la fe de José venció el temor al pozo de la desesperación, a la prisión y a la muerte, que eran la suerte de un esclavo; la fe de David venció el temor al gigante Goliat; La fe de la viuda de Sarepta venció el temor al hambre y a la muerte. El Apóstol Pablo dijo esencialmente: «No se enfermen de preocupación. Oren y confíen en el DIOS que cuida de nosotros» (Filipenses 4:6-7).

Deja ese problema que no te deja dormir en paz en las manos de DIOS. Descansa en ÉL totalmente. Rechaza todo pensamiento de duda y cree de todo corazón que ÉL puede resolverlo y que lo hará en el momento adecuado.

ORACIÓN: Mi amante Padre Celestial, hoy traigo delante de Ti todos mis problemas sabiendo que Tú tienes el poder para resolverlos y que lo vas a hacer porque me amas. Ayúdame a confiar y lléname de Tu paz mientras espero en Ti. En el nombre de Jesús, amén.

LECTURA BIBLICA: Filipenses 4:6-7

6 Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de DIOS.

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